El Teatro Argentino de La Plata, la segunda sala lírica del país detrás del Colón, atraviesa una situación crítica. Refacciones paralizadas, obras suspendidas, denuncias de vaciamiento. En ese marco, bailarines de teatro posaron para mostrar el estado de las instalaciones.

Las fotos que circulan en las redes muestran un marco desolador como telón de fondo de los bailarines que posan: techos y paredes en mal estado, basura acumulada, en suma, un estado de abandono evidente.

La sala principal del Argentino, que lleva el nombre de Alberto Ginastera, está cerrada desde hace dos años y no se sabe cuándo reabrirá. Es un hecho que no lo hará en lo que queda del período de María Eugenia Vidal como gobernadora.

Una nota publicada en PáginaI12 el mes pasado dio cuenta de lo que sucede en la sala platense. “Los cuerpos artísticos incompletos, los magros presupuestos y la ausencia de una programación acorde a un teatro de producción propia son síntomas que agudizan un estado de cosas en el que muchos avizoran, nuevamente, el fantasma del vaciamiento”.

El responsable del teatro, Martín Brauer, no ha dado explicaciones sobre cuándo se solucionarán los inconvenientes, que han dejado al Argentino virtualmente paralizado.