El fallido intento de detención de Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo Guzmán, dejó un saldo de ocho muertos y 16 heridos. El operativo encabezado por las fuerzas de seguridad de México fue calificado como "precipitado y mal planeado" por el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval. El hijo del Chapo había sido encontrado de manera fortuita en una recorrida de rutina. Pero ante el caos que impusieron en las calles de Sinaloa los carteles de la droga que lo protegen, tuvieron que liberarlo. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, informó que se tomó esa decisión para evitar poner en peligro las vidas de muchas personas.
Miembros del gabinete de seguridad de López Obrador aceptaron errores en el operativo para capturar a Ovidio Guzmán. "En el afán de obtener un resultado positivo (el comando) actuó de manera precipitada con deficiente planeación y falta de previsión sobre las consecuencia", reconoció el titular de la Secretaría de la Defensa Nacional. Chapito fue capturado en Culiacán, capital de Sinaloa, por una patrulla que hacía un recorrido de rutina y fue agredida desde una casa, informó el Secretario de Seguridad del Gobierno federal, Alfonso Durazo. Las fuerzas de seguridad repelieron el ataque y tomaron el control de esa vivienda, donde estaban cuatro personas, entre ellas Ovidio Guzmán. El funcionario indicó que la captura del hijo de El Chapo generó que grupos delincuentes rodearan la vivienda con una “fuerza mayor a la de la patrulla". Otros grupos causaron acciones violentas en distintos puntos de Culiacán, lo que generó "una situación de pánico", señaló. Los bloqueos se extendieron a las salidas de la ciudad, que se mantuvo prácticamente cercada y con la gente resguardada en sus trabajos y casas. La actividad comercial estuvo paralizada por varias horas. En diversas partes se escucharon tiroteos y se observó a decenas de personas fuertemente armadas tomando servicios de transporte público y en vehículos blindados. Sandoval afirmó que formalmente no hubo una detención. "Ante la violencia generalizada que se produjo, este gabinete de seguridad ordenó que se retiraran del domicilio", informó.
López Obrador admitió que el operativo fue interrumpido para "salvaguardar a los residentes" del área donde el narcotraficante había sido identificado de manera fortuita. "Ellos (el gabinete de seguridad) tomaron esta decisión y yo la respaldé", dijo el Presidente. Explicó que se trató de un operativo que llevó a cabo el Ejército a partir de una orden de aprehensión de un presunto delincuente. "Hubo una reacción muy violenta de los delincuentes y no se podía poner en riesgo la vida de mucha gente", informó López Obrador. Añadió que hubo una movilización de delincuentes en toda la ciudad de Culiacán y hasta tomaron peajes e incluso se desplegaron en otros municipios del estado, como El Fuerte. "Nosotros no queremos muertos, no queremos la guerra, cuesta trabajo entenderlo pero la estrategia que se estaba aplicando anteriormente convirtió al país en un cementerio", expresó en referencia los gobiernos de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018).
Tras la batalla desatada entre los narcos y las fuerzas de seguridad en Culiacán, se informaron ocho muertes, entre ellos un civil y un agente de la Guardia Nacional, además de 16 heridos. Del operativo participaron una patrulla de 30 miembros de la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional.
Ovidio Guzmán López, de 28 años, enfrenta cargos en Estados Unidos por tráfico de cocaína, de metanfetamina y de marihuana, y tenía pedido de captura. El Chapo Guzmán está actualmente cumpliendo una condena de cadena perpetua en la prisión federal de máxima seguridad en Florence, estado de Colorado, considerada de las más seguras de Estados Unidos y del mundo.
Como para sumarle más caos a la situación, hubo un amotinamiento en la cárcel
de la ciudad, luego de que internos le quitaran las armas a cinco
custodios. Varios lograron fugarse. La autoridades informaron
que 51 de ellos continúan prófugos.