"Pasaran los años y se recordará que alguna vez vinieron un puñado de mujeres indigenas rebeldes a decir que había que hacer algo contra el terricidio, que hay que preservar la vida de los territorios y los pueblos. Esperamos que esto sea una semillita que germine en una gran rebelión que haga nacer una nueva sociedad", dice a Página12 Sara Chavarría, de la comunidad salteña de Tapiete. Pasaron diez días instaladas con una carpa de plástico y maderas en la puerta del Ministerio del Interior, y a pocos metros del epicentro político del país y en plena campaña electoral lograron presionar a los funcionarios para no irse con las manos vacías.
Sin embargo, tienen claro que lo estructural no se resuelve ahora, sino que "queda como demanda para el próximo gobierno y para la sociedad argentina". Sara explica que a su entender "hay un homicidio sobre la tierra como ecosistema, se está matando también los pueblos y a los espíritus de la tierra. En la visión tridimensional que tenemos los indígenas, decimos que se está matando todo, que no hay posibilidad de nada". El balance de los diez días de protesta asoma como positivo: "Creemos que se recogieron nuestras demandas, que están en vías de trabajarse para tener prontas soluciones", resumen.
"Mujeres indígenas, mujeres sin tiempo, la lucha por la tierra está floreciendo", cantan en el hall del antiguo edificio de 25 de Mayo y Sarmiento, ante la mirada desconcertada de los empleados que salen del trabajo, y enseguida juntas aullan como si fuera un grito de guerra, con la palma de la mano frente a la boca de manera intermitente y muy rápida. Piden cargadores de celular y baños químicos porque les permiten ingresar al ministerio pero prefieren aguantarse lo más que pueden. "Es como el corredor de la muerte, un pasillo y te acompañan dos policías", cuentan entre risas.
Anoche fue la última, luego de un festival artístico y hoy hicieron un acto de los pueblos contra el terricidio. "Lanzaremos una campaña por un Primero de Mayo Plurinacional y convocaremos a un campamento contra el cambio climático en febrero 2020 en el Lof Mapuche Pillan Mahuiza", anuncian.
Sara de Salta
En la escuela les pegan a sus hijos, en el hospital no las quieren atender, la policía las hostiga en forma permanente para desalojarlas de sus territorios. "Sólo si se está muriendo es una emergencia para ellos, si tiene diarrea o fiebre te dicen ponele paños y dale agua de rosas, nos dicen que somos indios maleducados que no merecemos ser atendidos, una vuelve muy mal a casa y los curamos como podemos".
La directora les decía que son indias, que nunca iban a avanzar, y tuvieron que dejar la escuela. Sara habla y llora de impotencia. "Por eso vine para acá, nosotros como aborígenes estamos cansados de esto. Tenemos nuestros representantes pero les importa sólo su bolsillo, cuando reciben donaciones no vemos nada. El Instituto Indígena de Salta está intervenido por mal manejo, nuestra comunidad es una de las más pobres. Sólo hay dos maestras bilingües, la directora no deja que enseñen nuestro idioma a los criollos porque los padres se quejan, entonces se está perdiendo. Y tierra sólo nos queda un pedacito para sembrar".
Juliana y Zulma de Formosa
"Quiero recuperar a mi hijo, el doctor Julio César Scalora me dijo que lo iba a internar y mañana le dan de alta, lo vamos a trasladar a Formosa. Había cinco personas en la ambulancia de la colonia", dice Zulma Sanagache. Su hija Juliana traduce y agrega que sucedió el El 8 de noviembre de 2016, cuando su hermano Marcelino Olaire desapareció en el hospital Central de Formosa capital. "Dijeron que se fue o que se escapó, así nos explicaron ellos cuando llegamos. Vivimos en la comunidad Laguna Blanca, el barrio Qom, a tres horas. Desaparece cuando estaba al cuidado de los hospitales, hay constancia de su ingreso pero nada sobre el traslado, la ambulancia desapareció y las cámaras del hospital tampoco dicen nada".
Marcelino tenía 32 años y a pesar de sus problemas de salud pudo terminar los estudios secundarios, al igual que su hermana. "Esperamos la llamada del abogado que nos prometieron, cuando estuvimos con la doctora (María Fernanda) Rodríguez (secretaria de Justicia). Dos expedientes quedaron en el tribunal de familia, pero se cerró. No tenemos abogados para acceder al expediente, mi hermano es uno de los tantos desaparecidos indígenas. Pero ahora al menos tengo esperanza", se despide Zulma.
Alejandra de Chaco
"Vengo a pedir justicia por mi hijo, me lo mataron el 13 de septiembre en un disturbio que se armó como diciendo que era un saqueo en el mercado, pero no fue un saqueo sino retención de tarjetas sociales de los hermanos qom", dice Alejandra Ciriaco, 40 años, de la localidad chaqueña de Sáenz Peña. Es la mamá de Ismael Ramírez, de 13. "Hacía mucho que se les retenían hasta que los nietos fueron a reclamar por las tarjetas de sus abuelos, y el dueño del mercado no quería entregarlas. Siempre traían a los abuelos a cobrar, los bajaba en la puerta de su mercado pero la tarjeta quedaba. No podían gastar en otro lado su platita. Ese día fueron disturbios muy fuertes por ese reclamo, y justo pasó mi hijo pero no por frente del mercado, lo fusilaron a cinco cuadras de ahí", cuenta con voz baja, entre la bronca y la tristeza.
A los quince Alejandra había llegado a Rosario, cuando nació su hijo mayor, pero hace cinco años volvió a Chaco porque sentía que no podía criar a sus otros hijos en una ciudad grande. "No tienen papá, los crié sola", dice. "Hablamos con la secretaría de Justicia, y me vengo a enterar que no estaban haciendo nada, cobraban igual sin ocuparse del caso de mi hijo, y gracias a las hermanas conseguí esto para seguir haciendo justicia por Ismael. Si el Estado lo mató, el Estado tiene que pagar", dice, mientras espera la llamada del ministerio.
"También vengo por mi pueblo qom, que sufre mucho, la policía persigue a los hermanitos, los castiga y los largan, o no, así desaparecen muchos chicos, querés hacer la denuncia y no te la toman, te miran a la cara y no existís. Pero somos como las raíces de las plantas, no nos van a desaparecer, las nuevas generaciones seguimos estando".
Luego de estar con el ministro Rogelio Frigerio, quien según dijeron "fue racista y mal educado porque se levantó antes que termináramos de hablar", fueron recibidas en otros despachos oficiales. Antes de partir, las 23 mujeres de diez territorios en conflicto resumieron su paso por la Ciudad de Buenos Aires, donde hubo solidaridad y buen trato por parte de casi todos los trabajadores del ministerio del Interior, pero también intimidaciones a quienes llevaron su apoyo.
Queremos comunicarles que esta lucha es por el territorio y por la vida. Llevamos diez días soteniendo esta lucha por la visibilizacion.
Hemos tenido una reunión con la secretaria del Instituto Nacional de las Mujeres (INAM), Silvia Lommi. Fue muy positiva. Queremos reiterar que estamos acá de manera autoconvocada, cada una de nosotras decidió salir de los territorios a luchar y ser la cara visible, ser la voz se esos ríos, de esos cerros, de esas montañas que estan siendo fuertemente amenazados por empresas extractivistas.
Queremos agradecerles a cada uno de ustedes por su apoyo. Nos sentimos acompañadas.
La secretaria Lommi nos recibió muy amablemente, escuchó las verdades que han sido omitidas hace muchísimo tiempo, verdades de hermanas indígenas que han sido asesinadas por feminicidio indígena en nuestros territorios. No solamente escuchó nuestras historias de dolor sino también nuestras propuestas para poder trabajar en nuestras comunidades, para ser nosotras las operadoras o defensoras de la vida, como preferimos llamarnos. Trabajaremos para relevar todo lo que tenga que ver con violencia hacia las mujeres indígenas y feminicidios, tanto en la periferia como en la urbanización, para poder poner en claro a este gobierno y a los que vienen que hay muerte hacia nuestras mujeres.
Exigimos justicia. También expusimos que no todas somos iguales, no todas somos mujeres, dentro de las naciones indígenas también hay disidencias.
Queremos expresar la solidaridad con compañeres que han estado aquí apoyandonos desde el primer día y que están siendo hostigades por la policía. Repudiamos la persecución que intenta criminalizar la solidaridad, que intenta desarticular los lazos que hay entre los pueblos y queremos pedirles que no duden en hablar con nosotras porque nos importa mucho la seguridad de todes ustedes.
Esto da cuenta del peligro en el que se siente el sistema cada vez que los pueblos de manera unida y amorosa entendemos la magnitud de la lucha que tiene que ver con el resguardo de la vida. Aca venimos a denunciar a las grandes empresas extractivistas transnacionales que están destruyendo todo. Venimos a declararnos en contra del terricidio y eso les está preocupando. Asi que compañeres no se dejen intimidar y aquí estamos para ponerle el cuerpo ante la necesidad de garantizar la seguridad de ustedes. También queremos agradecer a les trabajadores del Ministerio del Interior que se han comportado amablemente en general, fueron pocos los casos de trabajadores racistas que se molestaron ante esta medida, en general hemos tenido expresiones de apoyo y respeto.
Nos reunimos con el asesor del Ministro Bergman, Nahuel Muñoz. Se comprometieron a tapar los pozos en las cercanías de la ciudad de la localidad de San Ignacio, Misiones, que son muy peligrosos para les niñes que allí habitan de la comunidad Mbya Guarani. Dijeron que para la próxima semana, teóricamente, tendrían que haber respuestas contundentes y el agua potable para esa comunidad que esta tomando agua contaminada en estos momentos. Se comprometieron también a asistir de agua a otras comunidades cercanas. Por supuesto, no van a declarar la emergencia hídrica. Nos parece que el resto de las demandas implican un cambio, tan estructural que debemos seguir caminando y trabajando para que se cumplan todas estas problemáticas que venimos a denunciar. Lo haremos el tiempo que sea necesario.
Cerramos esta gesta de lucha de casi once días de resistencia activa y ocupación pacífica que denominamos La Rebelión de las flores nativas, en la que no sólo pretendíamos poder solucionar temas urgentes, sino también emplazar en la consciencia social la agenda de los pueblos indígenas y la agenda de la tierra, de esto que llamamos #Terricidio.
Nos hemos sentido muy acompañadas por muchas personas de manera individual, sobre todo jóvenes que se están interpelando sobre el modelo de desarrollo, respecto al sistema y vinieron a sumar sus esfuerzos, sus corazones y su espíritus con nosotres. Queremos agradecer a CTA ATE Cultura, a la UTT, a las 70 compañeras que vinieron bajo la lluvia del Bajo Flores, Soldati, y a todas las personas que estuvieron acercándonos ayuda. Hubo comida en abundancia, cuando tuvimos frío tuvimos abrigo en abundancia, nos brindaron colchones para que el suelo no sea tan duro. Le agradecemos a Rita Segato, a Claudia Briones y a Fiorella que se puso al hombro nuestra agenda. Agradecemos también a colectivos que se acercaron, a la Gremidal de abogados, que se puso desde el primer momento a disposición.
Sobre todo agradecemos, estar caminando junto a hermanas valientes que tras siglos de opresión y silenciamiento empiezan a darle poder a su voz y empiezan a demandar por sus derechos. Concluimos el decimo día sintiéndonos victoriosas, al menos en esta primera partecita de la lucha se ha caminado. No cesaremos en nuestra lucha contra el terricidio.
Comité de Mujeres indígenas de territorios en conflicto autoconvocadas:
Nación Mapuche Lof Pillan Mahuiza, Chubut
Nación Mapuche-tehuelche Lof Newen Tuaiñ Inchin, Chubut
Nación Mapuche Lof Cañio Cerro León, Chubut
Nación Qom barrio NanQom, Formosa
Nación Moqoit, Tostado
Nación Mbya Guaraní Mbokajyty 2, San Ignacio Misiones
Nación Tapiete, Tartagal, Salta Nación QOM Rosario
Nación QOM Paraje El Canal, Chaco
Nación QOM, Saenz Peña, Chaco
Nación QOM, Nainec, Formosa.