Desde La Paz
Desde las estribaciones de El Alto a la parte sur de la ciudad donde viven las clases más acomodadas de La Paz, la ciudad parece una postal, una foto fija de la jornada electoral. El silencio lo invade todo durante las elecciones en Bolivia . No hay transporte público, las cabinas del teleférico están inmóviles en medio de un paisaje donde casi nada se mueve. La gente camina con cierta pereza y solo se percibe mucha actividad en los centros de votación. El Tribunal Supremo que supervisa los comicios, ya informó en su “evaluación de media jornada electoral” que todo marcha bien. María Eugenia Choque, su presidenta le cuenta a la prensa algunos pormenores. Viste su traje de chola con el sombrero bombín de color beige y una manta que le cubre los hombros.
En las calles hay una calma chicha que solo es perturbada por algún auto previamente autorizado a circular. Los vehículos deben llevar visible un cartel que dice Órgano Electoral Plurinacional. En los días previos a la votación, la hoyada paceña es todo lo contrario a esta quietud. Combis, taxis, motocicletas y algunos pequeños colectivos se embotellan en las subidas y bajadas de la capital. Los conductores son tan impacientes como los de Buenos Aires. Tocan y tocan bocina. Sobre todo en las proximidades del estadio Hernando Siles que ahora tiene pegado un obrador al aire libre. Ahí se construye un gran estacionamiento que complica el tránsito.
En la zona céntrica de Plaza Murillo, con su entorno bancario y de edificios que combinan la arquitectura del siglo XXI con la del teatro municipal Alberto Saavedra Pérez de 1845, el movimiento es imperceptible. Muy cerca del corazón de la ciudad, en el Liceo La Paz, sobre la calle Campero, la gente vota sin sobresaltos. La escuela es custodiada por militares en ropa de fajina y policías.
Es curioso, pero aun cuando se trata de países vecinos, Bolivia y Argentina tienen notables diferencias en la mecánica elegida a la hora de votar. Aquí los electores llegan hasta la mesa correspondiente donde se les muestra una gran papeleta que contiene a todos los candidatos. Una persona la abre ante la vista de todos y se la entrega al votante junto a una lapicera para que marque a sus candidatos en el cuarto oscuro. Cuando el elector sale, la deposita en una urna que es transparente en el frente, le entregan su constancia y presiona con su huella digital sobre un registro donde está su nombre y número de documento.
En uno de los pocos incidentes que reportaron los medios, Bolivisión informó que el ministro de Economía Luis Arce Catacora fue agredido por un hombre cuando salía de votar. Al funcionario también lo increparon personas que estaban en el patio interno del colegio donde sufragó en el barrio de Miraflores. Sí hubo problemas más serios en Santa Cruz de la Sierra. Según el diario El Deber, unos cien militantes de Bolivia dice No, la fuerza política que llevó como candidato a Oscar Ortiz en estas elecciones, fueron detenidos en un local partidario. Para la policía cruceña estaban consumiendo alcohol, algo que está prohibido hasta las 12 de hoy. La rigurosidad con que se hace cumplir el llamado Auto del Buen Gobierno implicó también la detención de 1291 infractores y la retención de 171 vehículos no autorizados a circular en distintos puntos del país.
La Paz, esta ciudad recortada sobre un paisaje andino donde brilla a su fondo el majestuoso Illimani, vivió un día tranquilo, sin el bullicio que la caracteriza. Parecía tan inmóvil como sus montañas.