A pesar de las numerosas irregularidades y denuncias, la Cámara Federal dejó firme la decisión del juez Claudio Bonadio de considerar válidas las declaraciones de los arrepentidos en la causa de las fotocopias de los cuadernos
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Los jueces Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia rechazaron las apelaciones presentadas por las defensas de varios de los imputados a la resolución en la que el juez de instrucción número once convalidó los dichos de 31 colaboradores. El fallo de los camaristas tiene lugar a pesar del manto de sospechas por irregularidades en la toma de dichas declaraciones. Empezando por el chofer Oscar Centeno, presunto autor de los cuadernos que originaron la causa, no hay registros fílmicos ni de audio -como lo exige la ley sancionada por el Congreso- de ninguna de las audiencias más relevantes en las que los involucrados que decidieron “colaborar” declararon ante el fiscal Carlos Stornelli. Incluso, según numerosas denuncias y por lo que se desprende de la investigación que cursa en Dolores por espionaje ilegal, algunos de esos testimonios habrían sido obtenidos bajo aprietes y extorsión.
En una decena de resoluciones firmadas este lunes –breves y similares entre sí- los camaristas no hicieron lugar a ninguno de los planteos de empresarios y ex funcionarios, por considerar que la resolución de Bonadio no es apelable. Pero, además, la Cámara omitió las numerosas denuncias que pesan sobre el mecanismo del proceso y respaldó al magistrado al afirmar que “dio cumplimiento” a la ley 27.304 y que las declaraciones están dotadas de “verosimilitud y utilidad total o parcial, de la información que han proporcionado”.
Según decía la resolución de Bonadio cuestionada por las defensas, las declaraciones de los arrepentidos habían sido “sustanciales” para comprobar la existencia de una estructura dedicada a delinquir. Sin embargo, a los largo de más de un año de instrucción, las denuncias de los imputados comenzaron a acumularse: el que aceptaba “colaborar” y convertirse en arrepentido recuperaba la libertad y el que no lo hacía quedaba detenido. De esta manera, por ejemplo, el empresario Gerardo Ferreyra -de Electroingeniería- estuvo en prisión preventiva más de un año. Lo mismo el ex asesor legal del Ministerio de Planificación, Rafael Llorens quien estuvo ocho meses preso. El ex funcionario no solo no quiso acogerse al régimen de arrepentido, sino que denunció que toda la causa se construyó mediante un “proceder extorsivo” y afirmó que los dichos de los colaboradores “fueron extraídos bajo algún tipo de engaño o coerción y dictados en función de un libreto preconcebido”.
Entre varios testimonios, por ejemplo, se dictaron procesamientos en base a los dichos de Leonardo Fariña, quien quedó demostrado que en otra causa había sido coacheado para cambiar una declaración e involucrar a Cristina Kirchner en presuntas maniobras de direccionamiento de la obra pública.
Tal fue el desmanejo de la ley del arrepentido en la causa de las fotocopias que incluso el dueño de la editorial Perfil, Jorge Fontevecchia contó que se habían manipulado las declaraciones con el fin de perjudicar a la ex presidenta y evitar que se involucrara a otras personas. “El único objetivo es que Cristina vaya presa, pero nadie más”, le dijo Fontevecchia a Carlos Pagni en una entrevista.
De esta manera, la misma sala de la Cámara Federal que benefició a los empresarios al sacarlos de la asociación ilícita –como lo había dispuesto Bonadio-, ahora ratifica las palabras de los imputados colaboradores de cara al debate oral. La investigación ya fue cerrada por el juez y elevada a juicio. El Tribunal que encabezará el proceso es el TOF7. En ese marco, las defensas harán hincapié en las sospechas y denuncias que empañaron la obtención de las declaraciones de los supuestos arrepentidos. De demostrarse las gravísimas maniobras, podría generarse la caída del instrumento troncal de la investigación de Stornelli y Bonadio y, por lo tanto, de toda la acusación. Sin dudas será uno de los ejes de la polémica cuando comience el juicio, proceso que recién podría abrirse en año próximo.