Referentes de la comunidad haitiana, con el apoyo de organismos de Derechos Humanos de Argentina, denunciaron que un matrimonio de esa nacionalidad sufrió una violenta agresión “marcada por la xenofobia y el racismo”. El hecho ocurrió en una vivienda que era alquilada por la pareja en la localidad bonaerense de Bernal, partido de Quilmes. Los denunciantes señalaron que, luego de un entredicho por la demora en el pago del alquiler, el hijo del dueño arrojó sobre la casa, en horas de la madrugada, una bomba casera tipo Molotov. Como consecuencia del incendio, la mujer perdió su embarazo y está internada en grave estado, mientras que su marido debió ser asistido por las quemaduras que recibió.
En la denuncia, firmada por decenas de personalidades y organizaciones humanitarias, se recordó un acontecimiento similar, ocurrido en agosto pasado, cuando seis haitianos fueron desalojados de un hotel de Constitución.
En ese caso, una de las víctimas fue también una mujer embarazada, a punto de dar a luz, que finalmente tuvo a su bebé, a pesar del estrés producido por un desalojo ilegal y totalmente injustificado, porque habían pagado el alojamiento con anterioridad.
En el caso de Bernal, las víctimas de la agresión fueron Cherline Chery, de 29 años, y su esposo, Stanley Prumier. El ataque a la pareja ocurrió el domingo 13 de este mes, en la vivienda ubicada en Almafuerte al 500 de Villa Alcira, Bernal.
El conflicto comenzó cuando el dueño de la propiedad le reclamó a la familia el pago del alquiler. Stanley y su esposa le solicitaron una prórroga para dejar la casa y le dijeron que el dueño podía quedarse con el depósito que habían hecho para ingresar a la vivienda.
Hasta allí, las cosas no habían pasado de una discusión, pero ese domingo a la una de la madrugada, Stanley se despertó al escuchar los ladridos insistentes de su perro. Fue allí que constató que el hijo del dueño de la casa había arrojado una bomba de fabricación casera, que provocó un incendio de importancia.
Con quemaduras en el cuerpo y problemas respiratorios, Cherline fue internada en el Hospital de Quilmes, donde perdió su embarazo y sigue internada en grave estado. Su marido sufrió quemaduras de importancia en brazos y piernas. Stanley denunció que, con posterioridad, ni los bomberos ni los agentes de la comisaría octava de Bernal Este realizaron peritajes en el lugar para determinar las causas del incendio. Los propietarios alegaron que se produjo por “un problema eléctrico”, argumento que fue rechazado por las víctimas.
El comunicado de repudio de la comunidad haitiana recibió el apoyo, entre otros, de Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, y de Adolfo Pérez Esquivel, del Servicio Paz y Justicia (Serpaj). En el texto se sostuvo que “nuestra compatriota Cherline Chery, de 29 años, fue quemada por el dueño de la casa que alquilaba en Bernal”.
Los firmantes consideraron que “indudablemente, se trata de un acto criminal que no ha de ser ocultado como tampoco banalizado”. Por lo tanto “nosotros queremos, a través de la presente, expresar nuestro más enérgico repudio a este acto inhumano y, al mismo tiempo, nuestra plena solidaridad para con Cherly y sus familiares”.
En la presentación se recordó el desalojo violento sufrido en un hotel de Constitución por seis haitianos, entre ellos Angie Lafleur, de 28 años, quien estaba a punto de dar a luz y que pudo tener a su hijo en el Hospital Ramos Mejía, como informó Página/12
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Los firmantes puntualizaron que “ante tales hechos aberrantes, sabemos que las palabras no alcanzan para precisar a ellos nuestra bronca, todo nuestro profundo dolor; pero ellos han de tener confianza absoluta en que vamos a estar siempre a su lado hasta encontrar justicia”.
Por esas razones, exigieron “a todas las autoridades con capacidad y obligación para intervenir en ambos casos que actúen con diligencia y el máximo rigor que exige tal barbaridad”. También solicitaron el acompañamiento de todos los organismos de DDHH nacionales e internacionales, y a las personas e instituciones para que aporten “a la lucha en contra de la xenofobia y el racismo, dos flagelos que han causado durante siglos y hasta nuestros días verdaderas tragedias y merecen ser desaparecidos de la faz de la Tierra”.