La tesis del oficialismo acerca de que los problemas económicos fueron a causa de la “pasada herencia” parece haber quedado atrás. Ahora la causa de los flagelos se debe a un pesado futuro, ante un probable gobierno de Alberto Fernández. “La posibilidad que marcaron las elecciones PASO empeoraron las condiciones de vida que nosotros estábamos trayendo”, aseguró Dante Sica, ministro de Producción y Trabajo, en una entrevista televisiva. “Hoy estamos administrando una economía kirchnerista”, agregó en relación al desastre macroeconómico que generó el gobierno de Mauricio Macri. Además, dijo que la posibilidad de que el Frente de Todos gane las elecciones los obligó a tomar medidas “que no están en el ADN económico del Gobierno, sino en el modelo kirchnerista”.
Sin embargo, la crisis económica no comenzó el 12 de agosto, día después de las PASO. La desconfianza del mercado se reflejó en abril de 2018, año en que ni siquiera hubo elecciones, y el Gobierno acudió al FMI luego de que los privados le cerraran las puertas del financiamiento. El aumento de la pobreza, la disparada de la inflación y la caída de la actividad fueron una constante del modelo macrista, lo mismo que la explosión de endeudamiento. En lugar de reconocer el estrepitoso fracaso de la gestión de Cambiemos, con la renuncia permanente de ministros y presidentes del Banco Central, Sica le echó la culpa a la oposición.
“¿Los están obligando a hacer kirchnerismo?”, le consultó a Sica el periodista Diego Sehinkman, durante el programa Terapia de Noticias del canal La Nación Más. “Exactamente”, contestó el ministro de Producción. El funcionario volvió a culpar al llamado pacto social que reclama la oposición, sindicalistas y empresarios por los aumentos de precios. “Todos quieren hacer un colchón por si gana Fernández y viene un control de precios”, aseguró Sica. Sin embargo, la disparada de precios no comenzó en agosto después de las PASO. La inflación en 2018 fue del 47,6 por ciento, la cifra más alta desde 1991, luego de la megadevaluación. En enero de ese año, el dólar estaba a 18 pesos, y en diciembre, a 37. Y este año será todavía mayor. En septiembre, el Indec informó que la inflación interanual acumula 53,5 por ciento. Entre enero y diciembre de este año se prevé que la suba de precios alcance el 54,9 por ciento, según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publicó el Banco Central.
Para Sica, también el pacto social que reclama el Frente de Todos es el causante de la desocupación. “Todos los días frenamos despidos porque los estudios de abogados recomiendan a empresas despedir personal ahora, por si después del acuerdo hay doble indemnización”, dijo el ministro en televisión. Pero el flagelo de la desocupación llegó antes de la campaña electoral. En junio de este año, el Indec informó que llegó al 10,1 por ciento, y alcanzó los dos dígitos después de 13 años. Se trató del registro más alto desde el último trimestre de 2006. El segundo trimestre del año reiteró esta tendencia y la tasa alcanzó el 10,6 por ciento. Subió un punto respecto al año anterior y afectó a 2,1 millones de personas que no tienen empleo.
El aumento del desempleo tiene su correlato con la destrucción de las empresas. Entre 2015 y 2019 cerraron 19.131, según registros de la AFIP procesados por la consultora privada Radar. Se trata de la mayor pérdida desde la crisis de 2001-2002, causada por los tarifazos, el desplome del consumo y las elevadas tasas de interés, que ahogaron a las pymes. Además, la actividad industrial lleva 16 meses consecutivos en caída, según el Indec, y las compañías trabajan con un 40 por ciento de su capacidad ociosa.
El aumento de la inflación y la desocupación, sumado a la caída en el salario real de los trabajadores, derivó en un incremento de la pobreza. Según el sociólogo Diego Born, especialista en indicadores sociales, la pobreza en el segundo semestre de 2015 se ubicaba en torno al 25 por ciento. El último dato del Indec para el primer semestre de 2019 la ubicó en 35,4 por ciento. Y por la devaluación pos PASO, las proyecciones privadas estiman que estará en 40 por ciento para fin de año. Esto significa que habrá 5 millones más de personas en condiciones vulnerables. Todas las variables en rojo se reflejaron en los pésimos resultados que mostró la actividad económica. El PIB cayó en 3 de los 4 años del gobierno, en 2016, 2018 y el Ministerio de Hacienda ya anticipa una retracción para 2019. Tres años consecutivos en caída del PBI no se observaban desde el período 1999-2002.
Otra de las polémicas declaraciones de Sica fue la referida al dólar. En la entrevista negó que el Gobierno haya dejado subir el tipo de cambio tras la derrota en las elecciones, como planteó el economista Martín Redrado. “Pasar de 45 a 60 pesos significa que no había ninguna posibilidad de que el Banco Central pudiera controlarlo”, dijo Sica. Pero luego, afirmó que si el Gobierno obtiene la reelección, el Central tiene “todos los instrumentos para poder resguardar la estabilidad cambiaria”.