Violeta fue liberada recién, tras pasar veinte horas presa. "Nos llevaron a las patadas, me golpearon en la cabeza, no comimos en toda la noche", dice esta militante del FOL (Frente de Organizaciones en Lucha) detenida el lunes junto a otros de sus compañeros tras la represión desatada antes de la manifestación en solidaridad con el pueblo de Chile, convocada por agrupaciones de izquierda y kirchneristas frente al consultado de ese país. También fue liberada una integrante del CELS, imputada por daños y resistencia a la autoridad, y a quien la policía intentó romperle su celular para destruir las fotos de las detenciones que había tomado.
"No sabemos cuál va a ser la suerte de Myriam Selhi", había dicho más temprano el abogado Diego Morales, director de Litigio del Centro de Estudios Legales y Sociales, al referirse a una mujer de 40 años, de nacionalidad canadiense pero radicada en Argentina, que trabaja en el área de comunicación de ese organismo. Poco antes de las 15.30 fue liberada tras prestar declaración indagatoria, al igual que los demás cinco detenidos. Según Morales, ninguno de los detenidos tuvo que ver con los incidentes, en coincidencia con lo que declararon algunos manifestantes de diversas organizaciones consultados por PáginaI12 respecto a, una vez más, la presencia de infiltrados. Desde el FOL, el FIT Unidad y Madres de Plaza de Mayo LF habían exigido la inmediata liberación de sus compañeros, y de los demás detenidos asistidos por la defensa pública.
Selhi fue detenida mientras tomaba fotos de las detenciones, según dijo Morales. La detuvieron a las 19 y recién pudieron conversar con ella a las 23, tras lo cual fue trasladada desde la Alcaidía 8, en Villa Lugano, a la sede del Ministerio Público Fiscal en Palermo. "Registrar episodios de represión y detenciones es un acto esencial de la democracia. Ella nos dijo que se sintió acorralada por unas motos de la policía, en ese desplazamiento vio que detienen a las personas que se estaban moviendo con ella, y ahí empieza a sacar fotos como una reacción de protección de esas personas", describió el abogado del CELS.
"El policía le dijo 'qué hacés vaga, andate a trabajar', pero en un segundo momento le pide el celular, se lo pisa y se lo patea. Ella en el momento en que detienen a otra persona lo recupera, luego lo entrega porque es prueba de la fiscalía", relató. Y agregó: "Queremos remarcar que lamentablemente la situación de los trabajadores de prensa no es nueva, insisten con detenerlos y criminalizarlos". De hecho, en 2017 hubo casos de perdigones hacia periodistas, en 2018 detenciones e imputaciones que aún pesan sobre ellos.
Las fotos de Selhi serían la prueba de un daño que los detenidos no habrían cometido. En la Correpi (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) lo denominan el "combo": daño, resistencia a la autoridad o atentado y lesiones, con sus diferentes combinaciones.
La manifestación del lunes tenía por objetivo apoyar las movilizaciones del pueblo chileno contra los tarifazos de Sebastián Piñera y la represión desatada en el vecino país. El acto estaba previsto para las 18, previa concentración de distintas organizaciones sociales y residentes chilenos en Argentina. Momentos antes comenzaron las corridas, la agresión a trabajadores de prensa y la habitual aparición de las fuerzas represivas de Patricia Bullrich. En pocos minutos, llegó el cuerpo de infantería de la Policía de la Ciudad, la división motorizada y comenzó la cacería que incluyó a policías de civil.