La jueza que investiga la muerte de Claudio Romano en el barrio porteño de Villa Crespo cree que el remisero bajó de su auto ensangrentado porque se autolesionó con la misma navaja con la que después agredió a los tres policías que lo mataron de seis tiros, pero no pudo determinar aún un motivo por el que haya querido suicidarse, informaron hoy fuentes judiciales.
Según surge de la resolución en la que el viernes pasado la jueza Ángeles Gómez Maiorano procesó por "homicidio agravado" a los tres policías, Romano (39) no tenía problemas familiares, ni laborales, ni psiquiátricos, ni de consumo de alcohol o drogas, y todos los testigos que estuvieron o se comunicaron con él en los momentos previos al hecho declararon que no notaron que tuviera algún problema.
"Del análisis de los elementos producidos y detallados a lo largo de la investigación, no ha sido posible establecer factor alguno que explique el motivo por el cual Romano presentaba lesiones en ambas muñecas y en el sector del abdomen", afirma la jueza en su resolución a la que accedió Télam.
"Ninguna de las lesiones cortantes resultaba idónea para causar la muerte", afirmó la jueza, quien en otro tramo de la resolución señaló que las "retomas" en los cortes de las muñecas hacen "colegir que se trata de lesiones autoinfligidas".
"Si bien se practicaron múltiples diligencias tendientes a determinar las circunstancias en que Romano habría sufrido dichas lesiones, lo cierto es que escapa a la suscripta la causal de las mismas. En esa dirección tampoco surgieron datos o motivos que permitieran vincular a Romano con los tres encartados en autos", agregó.