Una barrendera de la Municipalidad de San Isidro fue despedida luego de denunciar por abuso sexual y acoso laboral a un supervisor de Espacio Público. Esta semana, ante la falta de respuestas del municipio, decidió hacer pública su denuncia. “Instamos a las autoridades a rever su postura garantizando la reinstalación en su puesto a la trabajadora afectada y la separación inmediata de su cargo a Walter Mansilla (el supervisor denunciado)”, expresaron las organizaciones que este martes acompañaron la denuncia de la joven en una conferencia de prensa.
“G” tiene 27 años y es madre de dos hijos. En marzo de 2018, luego de trabajar 3 meses como barrendera en la localidad de San Isidro, el municipio le informó su traslado a Beccar, donde conoció a Walter Mansilla, supervisor de capataces en el área de Espacio Público. “Desde ese momento, el acoso empezó a ser parte de mi vida cotidiana. Empezaron siendo pequeñas cosas como seguirme, decirme cosas atrevidas, mandar al resto de los compañeros a la calle para que yo me quede sola con él en la base, decirle a todos que quería ser mi amante”, contó "G" a Página/12.
A los pocos meses, continuó la joven, Mansilla comenzó a amenazarla. “Como los contratos eran de 3 meses, cuando se estaban por terminar me encerraba en su oficina y me decía que me iban a dar la baja, que eso era muy grave porque yo tenía dos hijos que mantener, y que él me ofrecía hacerme el favor de salvarme si yo le hacía el favor de tener sexo con él. Esto también lo hacía con otras chicas”, denunció la joven.
En noviembre, cuando su contrato estaba cerca de vencer nuevamente, Mansilla la llamó a su oficina. “Me dijo que me habían dado de baja el contrato pero que él me podía salvar. Esa vez, a diferencia de las anteriores, se me tiró encima, me tocó mis partes íntimas y me quiso besar. Quiso abusar de mi. No sé cómo hice pero llegué a zafarme y a abrir la puerta. Salí corriendo y atrás mío salió él gritando que me iba a ir a buscar”, relató.
Ese mismo día, mientras estaba trabajando en la calle, "G" vio que una camioneta de Espacio Público se acercaba. "Como me dio miedo que sea él, me saqué la remera del trabajo, que es muy llamativa, y me refugié en un kiosco. Después vino una compañera, que él había mandado a buscarme, y le conté llorando todo lo que había pasado”, continuó su relato.
El lunes siguiente, sin embargo, "Mansilla actuaba como si nada hubiera pasado", recordó la joven. "Cuando llegué me dijo que me había hecho un abandono de servicio por salir corriendo el sábado. Le dije que él sabía lo que había hecho, que yo no había abandonado el trabajo”.
El 21 de diciembre de 2018, asesorada por el sindicato, decidió hacer la denuncia y pedir licencia durante una semana. Cuando terminó su licencia, “G” se enteró de que ya no trabajaba para Espacio Público sino que ahora debía cumplir funciones como personal de limpieza en un hospital de la zona. “Como tenía miedo de quedarme sin trabajo, ya que me dijeron que era un contrato por 3 meses, fui a hablar a la municipalidad. Pero no me dieron bola”, recordó.
En febrero, “G” debió hacerse una intervención médica. “Llevé los certificados al nuevo trabajo. Después llevó otros mi papá, pero no se los quisieron agarrar. Cuando volví, me dijeron que no estaban mis certificados médicos y que me rescindían el contrato. Todavía me faltaba un mes para terminar”, denunció la joven, que interpretó el hecho como “una venganza por denunciar a Mansilla”.
Luego de reclamar en la municipalidad por su puesto de trabajo y de exigir respuestas a los funcionarios locales "ya que que Mansilla sigue en su cargo, pese a que es un peligro para otras mujeres", "G" decidió hacer pública su denuncia. “Decidí sacar esto a la luz porque sé que hay otras compañeras que están pasando por una situación similar pero que no se animan a hablar”, dijo "G" a este medio, tras las primeras repercusiones que tuvo la entrevista que le hizo un canal online.
Este martes a las 18.30, Mujeres Sindicalistas Zona Norte, Frente de Mujeres del Movimiento Evita, Movimiento Disidente Zona Norte y Espacio de Géneros de Nuevo Encuentro realizaron una conferencia de prensa para repudiar el despido de la trabajadora, exigir su inmediata reincorporación y reclamar la separación de Mansilla de su cargo.
“El municipio es responsable, el intendente Gustavo Posse no puede mirar para otro lado y favorecer al acosador”, sostuvieron las organizaciones, que exigieron "la aplicación de un protocolo de intervención para las denuncias sobre los casos de violencia, abuso o violación", la "profundización de la implementación de la Ley Micaela” y el fin de los “contratos basura” porque, concluyeron, “la precarización laboral también es violencia”.