Desde La Paz
Mientras continúa el recuento de los votos, que confirma la victoria de Evo Morales en la primera vuelta, el proceso electoral boliviano entra en su fase dos. Se trata de un partido en la cancha diplomática, donde las partes, gobierno y oposición, comenzaron a mover sus piezas para buscar respaldo internacional. El canciller Diego Pary anunció ayer en conferencia de prensa: “Hemos entregado en Washington una nota oficial a la OEA para que haga una auditoría y verifique una por una las actas de votación…”. El anunció se formuló después de que el presidente se reuniera con varios diplomáticos en la Casa del Pueblo –la sede del gobierno – y dijera palabras semejantes a las de su ministro de Relaciones Exteriores. “Hagan auditoría, no tengo nada que ocultar, no necesitamos la ayuda de nadie”.
Comunidad Ciudadana, la fuerza que se atribuye haber llegado al ballotage, tampoco descuidó sus contactos con los representantes extranjeros. En su cuenta de twitter, el candidato Carlos Mesa comentó: “Me reuní con los embajadores de la Unión Europea, de Alemania, Reino Unido, Francia, Dinamarca, Italia y España y los enviados como observadores para las elecciones del pasado domingo, les compartí mis argumentos sobre el fraude ejecutado por el Tribunal Supremo Electoral”.
El proceso también es seguido de cerca por Estados Unidos, que a través de su embajada en Bolivia, comentó: “Trabajaremos con la comunidad internacional para responsabilizar a cualquiera que debilite las instituciones democráticas de Bolivia. Rechazamos cualquier intento por iniciar violencia y llamamos a todas las partes a resolver la situación por medios pacíficos”. Asimismo, la Unión Europea señaló a través de un comunicado: “La inesperada interrupción del conteo electrónico de votos después de la primera vuelta de las elecciones generales en Bolivia ha generado serias dudas que deben ser totalmente aclaradas de manera inmediata”. El texto lo leyó el jefe de la delegación de la UE presente en Bolivia, Jörg Schreiber.
La escalada del conflicto derivó en una sesión extraordinaria de la OEA que se realizará este miércoles. Será “para considerar la situación en Bolivia” con exclusividad y se desarrollará “a pedido de las misiones permanentes de Canadá, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos y Venezuela”, señaló el diario cruceño El Deber.
El partido diplomático que juegan el gobierno y la oposición no permite distracciones en el frente interno. El MAS y Comunidad Ciudadana empezaron a utilizar como antídoto para contrarrestarse las movilizaciones callejeras, no exentas de violencia, sobre todo de las ahora unidas fuerzas opositoras. En Santa Cruz, el gobernador de ese departamento Rubén Costas, pidió sin eufemismos que se realice la segunda vuelta. Con este político cruceño se da un hecho curioso. Al igual que el presidente Morales gobierna desde enero de 2006. Participó del referendo revocatorio de 2008 y lo ganó con el 66 por ciento de los votos en un marco de violencia autonómica contra el poder central. En aquel momento tuvieron que revalidar su continuidad Evo – que alcanzó el 62 por ciento de aprobación- y los gobernadores de los departamentos de Bolivia.
Santa Cruz, el bastión opositor donde Mesa superó a Morales con amplitud e incluso licuó el voto de otros dos candidatos que tenían cierta expectativa de llegar la presidencia, Oscar Ortiz de Bolivia dice No y el coreano-boliviano Chi Hyun Chung, es la ciudad donde la organización en las calles contra el gobierno nacional se da de modo más homogéneo. A la medianoche del martes comienza un paro por tiempo indefinido convocado por el presidente del Frente Cívico local, Luis Fernando Camacho. Mientras arengaba a su tropa movilizada, militantes del MAS se reunían al grito de “¡Evo amigo, el pueblo está contigo! y “¡Evo quiere paz, Mesa quiere muerte!”.
La violencia creciente que siguió a las diatribas de Mesa contra el proceso electoral, cuando lo desconoció primero y lo tachó de fraudulento después, no se ha detenido. Los hechos más graves sucedieron en la noche del lunes en ciudades como Sucre, Oruro, Potosí y Cobija y en menor medida La Paz y Cochabamba. Hubo incendios en Tribunales Electorales Departamentales, enfrentamientos con la policía y ataques a autoridades del MAS.
Una de las víctimas de la violencia resultó el alcalde de Cobija, la capital del departamento de Pando, al norte del país. Se trata del ex jugador de la selección boliviana de fútbol, Luis Gatty Ribeiro. Manifestantes lo fueron a buscar a su casa, la violentaron y tuvo que escaparse. Algo semejante sufrió el gobernador masista de Pando, Luis Adolfo Flores, que terminó hospitalizado cuando atacaron su domicilio. “Vinieron a gritar decenas de personas, maleantes, a mi casa. No me parece correcto, levanté a mis hijas a las dos de la mañana y tuve que ir donde un vecino para escapar de mi propia casa”.
En ese departamento del norte boliviano, limítrofe con Brasil, fueron quemadas las instalaciones del Tribunal Electoral Departamental (TED), se robaron computadores y se incendió una camioneta. Estos incidentes contra centros de recuento de votos se repitieron a lo largo del país. Cientos de manifestantes le prendieron fuego el edificio del TED de Potosí. Según se observó en varias imágenes de TV, cuando una persona intentaba escapar de las llamas, saltó desde el segundo piso cuando ardía el inmueble.
Los cómputos se mantenían hasta la noche del martes en los porcentajes conocidos. Evo saca una ventaja del 46,85 por ciento contra el 36,78 del ex presidente Mesa, o sea una diferencia mínima de siete decimales. Anoche se estaban escrutando los votos del exterior, donde el presidente supera con holgura a su rival. Restan conocerse también los resultados de regiones rurales que históricamente respondieron al MAS. Los partidarios del presidente adoptaron ayer una medida de fuerte respaldo político. La Central Obrera Boliviana (COB) y la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam) declararon el estado de emergencia y movilización pacífica nacional en defensa de la democracia. En un comunicado señalaron que harán la primera concentración hoy en la Plaza Mayor San Francisco, en el corazón de esta ciudad. Allí donde hay un mercado de artesanos y se juntan músicos, actores que pasan la gorra y pastores evangélicos que les hablan a sus feligreses frente a la iglesia católica construida en el siglo XVIII.