Entre el 11 y 13 de octubre, más de 100 emprendimientos del país se reunieron en el Quinto Encuentro Nacional de la Red Argentina de Turismo Rural Comunitario (RATuRC) realizado en Bariloche, Río Negro. Además, celebraron los diez años de la Red que apuesta por un turismo colectivo, indígena y campesino.
La Red nació en 2009 con 40 emprendimientos. En 2019 ese número se duplicó y se extendió a las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Corrientes, Misiones, Entre Ríos, Mendoza, Neuquén, Río Negro y Chubut.
“Este quinto encuentro fue para reencontrarnos y fortalecernos con las comunidades que vienen trabajando hace diez años en la red”, contó Graciela Gaspar, emprendedora de Kippus, un trabajo familiar que apunta a los tejidos de fibra de llama. Los Gaspar se unieron hace cuatro años a la Red y viven en Cieneguillas, al inicio de la ruta nacional 40 y a 36 kilómetros de La Quiaca, Jujuy.
Entre Salta y Jujuy fueron 22 los emprendimientos que viajaron al sur del país. Comunidades guaraníes, kollas y wichis representaron al norte argentino.
Gaspar relató que son varios los motivos para integrar la Red. “Principalmente el sostener el trabajo comunitario”, asintió. Unió la defensa de los territorios con el objetivo de “fortalecer el trabajo artesanal de las comunidades indígenas campesinas”.
Otro de los puntos es “darle el valor justo a la economía de nuestros quehaceres”. Gaspar indicó que los emprendimientos recibieron capacitaciones de técnicos de la Secretaría de Agricultura Familiar, el INTA, las universidades, entre otros. Allí, comprendieron que hacían “turismo rural comunitario hace mucho tiempo” y que, “también significaba un ingreso”.
El acompañamiento técnico de estos procesos organizativos actualmente “está a cargo de profesionales independientes, organismos provinciales de turismo, INTA, técnicos de la Subsecretaría de Agricultura Familiar de Nación y ONG’s como la Fundación Buenavida”, informaron desde la Red.
Gaspar destacó que el turismo rural campesino indígena permite entender que “detrás de cada producto hay una vivencia, una historia, una identidad y una forma de vivir”. Recordó que mucho antes de sumarse a la Red, los visitantes los querían conocer y ver como realizaban las producciones. “Con el correr del tiempo lo fuimos viendo como un trabajo y otra forma de ingreso familiar”.
“El turismo comunitario es una modalidad de gestión colectiva donde la comunidad local es el actor político y comercial de la propuesta turística”, señalaron en el comunicado final de encuentro. Añadieron que “es quien presta los servicios y cobra por ello”.
Según comunicó la Red, el 70% de quienes acceden a los circuitos de turismo rural son argentinos. Mientras que el resto, son europeos, visitantes de países limítrofes y norteamericanos. "La RATuRC impulsa e invita a las y los argentinos a elegir viajar por su país y practicar el turismo comunitario, pues ello genera identidad plurinacional y genera acercamiento entre compatriotas que no se conocen”.
“El viajero que elige hacer turismo comunitario busca experiencias auténticas donde aprender sobre la cultura local, hacer artesanías o cocinar con sus manos, caminar con guías locales, comprender la naturaleza desde la cosmovisión local y dejar huellas positivas en su viaje”, indicaron.
Los encuentros se realizan cada dos años, momento en el que se eligen las nuevas autoridades. Este año, por unanimidad, quedó elegida como próxima sede el sexto encuentro, la comunidad huarpe Paula Guaquinchay de Mendoza, representada por su autoridad tradicional Laura Ester Guardia y Nolberto González como referente de turismo rural comunitario.
La organización estuvo a cargo de las comunidades Lof Mapuche Wiritray y Villa Llanquín de la Red Cultura Rural Patagónica, también la Fundación Buenavida, la Secretaría de Turismo de Argentina y el Ministerio de Turismo de Río Negro.
La mujer en el turismo comunitario
Otra de las temáticas que también se abordaron en este encuentro fue el rol de la mujer en el turismo comunitario. “Fue un punto importante”, sostuvo Gaspar, porque era “algo que no se hablaba hace mucho”.
Relató que ella describió su experiencia y fueron varias las mujeres que se identificaron. “Existe toda una lucha que aún tenemos y todo lo que tenemos por ganar ante el trabajo invisible que hacemos”, advirtió.
“Me pareció grato poder compartirlo”, continuó, “sin darnos cuenta sufrimos muchas violencias, pareciera que es normal y en realidad, no lo es”.
Añadió que es imprescindible tratar la temática de la mujer indígena. “La lucha indígena de la mujer se está haciendo sentir". Por ello, consideró que sostener el debate implica “estar hermanadas”. “Fue muy profundo todo”, concluyó.