Durante la gestión de María Eugenia Vidal, tres funcionarios ejercieron la conducción del Instituto Biológico "Tomás Perón". El primero, Jorge Gómez –un investigador del CONICET afecto a las conversaciones en inglés delante de los empleados– permaneció muy poco tiempo en el cargo. Fue reemplazado por Duilio Fagnani, un CEO proveniente del laboratorio Bagó. En la actualidad lo dirige Claudia Cerdá, una abogada cuyo antecedente inmediato es haber realizado tareas administrativas en el ministerio de Salud a cargo de Andrés Scarsi, y de nula experiencia en procesos de producción de medicamentos.
Entre las funciones del Biológico se cuentan la producción de medicamentos genéricos destinados a la atención primaria de la salud; el control de la calidad de medicamentos; la elaboración de distintas especialidades medicinales e inmunoterapias y el diagnóstico de enfermedades infecciosas. En este último caso, el Instituto cumple la función de referencia provincial para diagnóstico de HIV, rabia, hepatitis viral, leptospirosis y micología.
Cuenta con una planta de producción de medicamentos sólidos habilitada por la ANMAT enfocada en la elaboración de fármacos para tratamientos de enfermedades crónicas no transmisibles y transmisibles. También produce vacunas y sueros indicados contra picaduras de insectos y animales, así como también la vacuna antirrábica de uso humano y veterinario.
Su potencialidad se expresa también en la producción sanitizantes, repelentes y ectoparasitarios como piojicidas y escabicidas