Con mayor o menor despliegue, los candidatos a presidente manifestaron las políticas que proponen para la universidad pública a través de redes sociales, páginas web, actos y conferencias. La discusión fue potenciada por el debate que se realizó en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), que incluyó un capítulo sobre educación, ciencia y tecnología.
Alberto Fernández (Frente de Todos), Mauricio Macri (Juntos por el Cambio), Roberto Lavagna (Consenso Federal), Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda y de los Trabajadores), José Luis Espert (Frente Despertar) y Juan José Gómez Centurión (Frente NOS) dieron a conocer lo que piensan sobre el sistema universitario público, pero con distintos grados de intensidad.
Quien puso mayor énfasis en el tema fue Alberto Fernández. En las plataformas presentadas ante la Justicia Electoral, el único que le dedica un capítulo a las políticas universitarias es el Frente de Todos.
Allí denuncia “un retroceso inaceptable del principio de la educación superior como un derecho social, un bien público y una responsabilidad del Estado, que se ha expresado en el desfinanciamiento de la actividad universitaria, el deterioro salarial de sus trabajadores/as docentes y no docentes, la inexistencia de políticas de expansión, la paralización del desarrollo de la infraestructura, intentos permanentes de avances sobre la autonomía y en el desprestigio de la producción científica y académica que tiene lugar en dichas instituciones”.
Y a continuación propone que “será necesario recuperar la inversión y las políticas de expansión del sistema universitario en el marco de una planificación seria que apunte a seguir ampliando el derecho de todos/as nuestros jóvenes a continuar estudios superiores y a mejorar sus trayectorias y condiciones de graduación y, al mismo tiempo, a dar respuesta a las necesidades de desarrollo nacional a través de la formación de los profesionales que la Argentina necesita y de la producción de conocimiento científico tecnológico que aporte a un desarrollo autónomo y soberano”.
También explica que su propuesta “requiere una mayor articulación de las políticas universitarias con todos los sectores de la política pública, la producción de información y la formulación de proyecciones sobre los requerimientos científico-tecnológicos y de formación profesional en el mediano y largo plazo, la generación de nuevos perfiles profesionales, la ampliación de nuevas formas de acceso a la formación superior en todos sus niveles a través de medios digitales”.
Por último, postula que “deberán fortalecerse los órganos de coordinación de políticas universitarias como el Consejo de Universidades, que permitan compatibilizar los requerimientos de desarrollo nacional con la necesaria autonomía de la actividad universitaria”.
La derecha neoliberal
Juntos por el Cambio no hace ninguna mención a la universidad en su plataforma electoral y Macri prácticamente no hizo menciones al tema en su campaña. En una de ellas, anunció un cambio en la distribución de becas, que en la práctica implica un recorte. “Vamos a enfocar las becas en las áreas que necesita el país. Los nuevos ingresos a las Becas Progresar pasarán a ser sólo en las carreras prioritarias. También vamos a premiar a los estudiantes que aprueben primer año con las materias al día”, detalló Macri.
En el primero de los debates, al enumerar presuntos logros de su gestión, el Presidente señaló: “Estamos frente a la mayor revolución tecnológica y científica de la historia. Esto tiene un impacto directo en la educación. Se habla de nuevos alfabetismos. Ya no alcanza con leer, escribir y matemáticas. Se le agrega robótica, programación, trabajo en equipo e idiomas. Emprendimos una revolución en la educación desde el primer día de gobierno y lanzamos las pruebas aprender. Mejoramos en todas las provincias”. En esa ocasión, Fernández le refutó: “El Presidente sigue mintiendo y diciendo disparates. El presupuesto educativo desde 2015 a hoy cayó un 40 por ciento, y el de ciencia y tecnología mermó un 43 por ciento”.
También, Fernández recordó que Macri “piensa que hay gente que tiene la desgracia de caer en la educación pública. Hasta tiene una gobernadora (por María Eugenia Vidal) que piensa que las universidades del interior del país no tienen sentido porque los pobres no llegan a la universidad”.
De la izquierda al centro
Por su parte, en el primer debate presidencial, Del Caño aseguró que “Macri y Vidal son enemigos de la educación pública. Ambos son responsables de un crimen social” y consideró necesario “revertir lo que hizo Menem en los noventa. El Estado nacional se tiene que hacer cargo de la educación”.
Durante la campaña, el candidato de la izquierda prometió para el sector universitario, “trabajar seis horas y cinco días a la semana, repartiendo las horas de trabajo, para que nadie cobre menos que la canasta familiar”, y explicó que “para los que quieran sólo estudiar, que cobren la mitad en calidad de beca integral para que ninguno se quede fuera de la universidad”.
“Esto desde ya implica tocar las ganancias de los empresarios, que hoy tienen de su lado al gobierno macrista”, señaló Del Caño, quien, además, puntualizó que su propuesta apunta a que “todos los que quieran puedan dedicarse al estudio: que puedan tener becas integrales de la mitad de la canasta familiar para que todos puedan hacer y terminar las carreras que les gusten".
En tanto, Lavagna se refirió a la educación pública con poca especificación sobre la universidad en particular y propuso “encarar una verdadera Revolución de la Educación y del Trabajo que promueva las condiciones para que todas las personas puedan participar activamente de los beneficios de este nuevo tiempo”. Dijo que sus prioridades “son la jerarquización de la profesión docente, la educación inicial, la universalización de la enseñanza primaria, la generalización del doble turno escolar, la concreción de la obligatoriedad de la escuela secundaria y la articulación de las universidades y de los institutos de enseñanza con el mundo productivo”. Y consideró que para llevar a cabo esas iniciativas “se debe tener en cuenta las distintas realidades regionales y el rol decisivo a las organizaciones sindicales como nuevos actores del sistema educativo”. Una de sus definiciones más repetidas en este tema fue que “el nuevo nombre de la justicia social es la igualdad de oportunidades y el único camino es la educación”.
A la derecha de la derecha
En el año en que se cumplen 70 años de la implementación de la gratuidad para los estudios universitarios en la Argentina, Espert propuso el arancelamiento: “La Argentina gasta mucho y mal en materia universitaria. Nos parece muy injusto que un chico muy pobre en un recóndito lugar del país pague IVA de un sachet de leche que compra, para financiar los estudios de un chico de clase media que podría tranquilamente pagarse la universidad”.
Durante el debate presidencial, el candidato del Frente Despertar ratificó que su propuesta contempla “arancelar la universidad pública para financiar, con el producido de ese arancel, becas para chicos con mejores notas que no puedan afrontar los estudios” y “establecer examen de ingreso para que estudien aquellos que están dispuesto a dar todo por un título universitario”.
En la misma línea de reducir derechos, Espert propuso “declarar la educación servicio público básico y esencial para limitar el derecho de huelga y revisar el estatuto del docente”.
Desde el Frente NOS, Gómez Centurión promete “aumento de presupuesto, ingreso temprano a clases (desde los tres años), priorización de la educación cívica, eliminación de la ideología de género, universalización de la jornada escolar extendida y revalorización del papel del docente en la sociedad”.
“Será norma fundamental la libertad de creación de centros de enseñanza así como la libre autonomía de los padres de elegir para sus hijos el centro cuyo proyecto educativo e ideario sean conformes con sus propias convicciones, atendiendo a la formación religiosa y moral de sus hijos, con pleno respeto al principio de gratuidad”, destaca en la web del Frente NOS
Además, dice que el sector dará “un impulso vigoroso y renovado a la investigación y el desarrollo científico tecnológico, como área transversal a todas las del Estado” y que apuntará “a que la calidad de nuestros investigadores científicos pueda volcarse prioritariamente a solucionar los problemas de la Argentina”.
En lo que respecta específicamente a la universidad, sin dar precisiones, Gómez Centurión plantea “modificaciones al plexo legal existente para su adecuación a las necesidades de la ciencia y la tecnología del Siglo XXI” y “adecuación de los planes de estudio de las carreras terciarias y universitarias a los avances científicos y tecnológicos y fomento del trabajo en red y el prudente uso de las tecnologías educativas”.
En definitiva, el candidato que más énfasis puso en hablar de políticas universitarias fue Alberto Fernández, que es docente de la cátedra de Derecho Penal y Procesal Penal de la Facultad de Derecho de la UBA. En menor medida, también hicieron un abordaje del tema durante la campaña Del Caño, Espert, Gómez Centurión y Lavagna. El único que no hizo propuestas para la universidad fue el presidente Macri.