Para la Conmebol, no hay dudas de que la final de la Copa Libertadores entre River y Flamengo se disputará en el estadio Nacional de Chile, tal como estaba pautado desde el año pasado. Así lo ratificó el presidente del organismo, Alejandro Domínguez, a pesar de los conflictos políticos y sociales que se viven en el país trasandino.
"Santiago es la sede para la final de la Libertadores, eso está definido. Se van a recuperar de lo que están viviendo", expresó Domínguez en declaraciones a la radio Monumental de Paraguay. De esa manera intentó despejar las dudas que se generan a partir las protestas que se viven en Santiago y en otras ciudades chilenas, que generaron una brutal represión por parte de las fuerzas militares que ya provocaron 18 muertos.
La seguridad del dirigente en que no se cambiará la sede de la final entre River y Flamengo tiene que ver con que se encuentra "confiado" en que se resolverán los conflictos para la fecha del encuentro.
El mandatario de Conmebol también informó que tanto River como Flamengo recibirán "el 25 por ciento de la recaudación del partido" que se disputará el próximo 23 de diciembre y que el premio para el ganador será de "veinte millones de dólares".
River avanzó por segunda vez consecutiva para la final de la Copa Libertadores después de eliminar el martes a Boca, mientras que Flamengo obtuvo su boleto el miércoles tras golear 5-0 a Gremio.
Domínguez, por su parte, admitió la idea de reeditar la Supercopa para definir dos de los seis cupos que tendrá Conmebol para el nuevo Mundial de Clubes que se disputará a partir de 2021 en China.
Según el presidente de Conmebol, los clasificados serán los campeones de la Libertadores y de la Copa Sudamericana de 2019 y 2020 y otros dos clubes que saldrán de la Supercopa, que podría jugarse entre diciembre de 2020 y enero de 2021.