Pasaron tres años y medio desde la sentencia que condenó a los funcionarios del gobierno de Fernando de la Rúa por el asesinato de cinco personas y las heridas graves de varios manifestantes por la represión desatada en 2001, y sobrevivientes y familiares se vuelven a encontrar en el primer piso de los Tribunales Federales de Retiro. Martín Galli ya no tiene rastas y se muestran fotos de sus hijos. "Enrique Mathov, Rubén Santos, Norberto Gaudiero y Roberto Andreozzi deben cumplir la pena a la que fueron condenados, hay que poner fin a la impunidad en estos hechos tan trascendentes", dijo el abogado querellante Rodrigo Borda en la audiencia de Casación que tuvo lugar el jueves por la mañana.

"Se pudo identificar la llamada de Mathov a Santos dando la orden, ese día regía el estado de sitio, no fue un operativo normal, y se implementó como cheque en blanco para detener a manifestantes indefensos, por lo tanto todo lo demás fue ilegal. Pero aún sin compartir ese enfoque, el estado de sitio aumentó la virulencia de los actos", agregó Borda."La muerte de Riva y Lamagna fue por la violación de sus deberes de funcionarios, Mathov había dicho desalojar Plaza de Mayo cueste lo que cueste. Reprimieron rozando el dolo eventual, dispararon plomo. Ya había sucedido en las escalinatas del Congreso a la noche y por eso era previsible", argumentó el letrado ante el tribunal de Casación que preside Matías Barroetaveña.

En la pequeña sala se ubicaron los defensores Jorge Valerga Aráoz Santos y Virginio Loiacono, por Santos y Mathov respectivamente, y Valeria Corbacho por los jefes policiales. Por la querella también están presentes Federico Efron y Diego Morales, del Cels."La sobreviviente Paula Simonetti, periodista en Roma, y Martín Galli, bibliotecario, fueron a manifestar luego de ver a las Madres agredidas en Plaza de Mayo. Estaban sobre 9 de Julio cuando una brigada disparó, mató a Alberto Márquez. Galli vive con plomo en su cabeza y Simonetti en su columna", dijo el querellante Rodolfo Yanzon. 

En el mismo se sentido, Juan José García Dietze dijo que a los uniformados "los captó la misma cámara de la policía, se veía claramente la agresión, camionetas y policías con fusiles disparan a la multitud indefensa. Márquez cubrió con su cuerpo a su esposa, le dió la espalda a las balas y murió por dos impactos de 9 milímetros. El TOF 6 dijo que no hubo un plan para matar, pero ese personal actuó con armas de guerra. El jefe Oliverio reconoció que sacó lo que ellos llaman 'munición multipropósito'. Fue un actuar voluntario y dirigido, es el dominio funcional del hecho, por eso hay que revocar esas absoluciones", explicó el abogado. 

A su turno, Valerga Aráoz invocó una sentencia que absolvió a De la Rúa pero que marcó la responsabilidad de su defendido Mathov, aunque él omitió este detalle nada menor. Además, insistió en que Mathov no dió ordenes policiales sobre operativo alguno. "El TOF 6 no está en lo cierto, Mathov no dijo la frase que le adjudican", aseguró. Luego de que Casación defina, en caso de sostener las condenas, queda aún la instancia de apelación en la Corte Suprema. 

El 23 de mayo de 2016 el Tribunal Oral Federal N 6 condenó a Enrique Mathov, ex secretario de Seguridad Interior del gobierno de Fernando de la Rúa, y a Rubén Santos, ex jefe de la Policía Federal Argentina, por ordenar y dirigir la represión policial que el 20 de diciembre de 2001 ocasionó cinco muertes y decenas de heridos en la ciudad de Buenos Aires. El Tribunal también condenó a Norberto Gaudiero y Raúl Andreozzi por sus responsabilidades en el operativo y a otros cinco funcionarios policiales. También absolvió a otros seis policías y sobreseyó a otros dos. El fiscal Raúl Plee estuvo ausente, algo que las querellas consideraron "grave e inexcusable". 

Al finalizar su defensa, Loiacono dijo que la condena a los funcionarios de la Alianza había sido "una mala influencia que tuvo como consecuencia tumultos como los de diciembre de 2017 en Argentina, y lo que sucede ahora en Chile".

En el cuarto intermedio, el sobreviviente Fabián Scocca, que hace 18 años perdió un ojo por la represión, dijo a Página/12 que "esto no es justicia" al escuchar los argumentos de la defensa. Nunca pudo volver a su oficio de motoquero.