Con el objetivo de posicionarse como una opción a la grieta y con el hambre de los niños como principal crítica al Gobierno, Roberto Lavagna cerró su campaña en Salta, la tierra de su compañero de fórmula, Juan Manuel Urtubey.
Desde Consenso Federal optaron por la espectacularidad de la escenografía, antes que un acto masivo como los que vienen ostentando Cambiemos y el Frente de Todos. La cima del cerro San Bernardo es un mirador a la ciudad de casi 300 metros de altura. El pequeño escenario se ubicó allí, delante del balcón en el que habitualmente los turistas y locales aprovechan para sacar las mejores fotos panorámicas de Salta.
Dos pequeñas tribunas colmadas con militantes agitando banderas argentinas y unas sillas ubicadas de frente a los oradores para los invitados especiales completaban el marco. En las primeras filas se encontraban los candidatos a legisladores nacionales de Entre Ríos, Jujuy, Salta, Tucumán, Buenos Aires y los candidatos a gobernador y jefe de gobierno de la ciudad y provincia de Buenos Aires, Eduardo Bucca y Matías Tombolini.
Llegar hasta el lugar del acto no era fácil, solamente se podía acceder mediante el teleférico, o en algunas de las combis que puso la organización al pie del cerro. Lavagna y Urtubey lo hicieron por teleférico, compartiendo la cabina con la candidata bonaerense Graciela Camaño, la esposa del gobernador salteño, Isabel Macedo y la pequeña hija de ambos, tal como quedó retratado en una selfie que sacó la actriz.
El locutor del acto los presentó como "la dupla de candidatos que sabe cómo cerrar la grieta y terminar con la crisis", dos de los slogans de campaña. Lavagna comenzó su discurso entre medio de los “Roberto, Roberto” que cantaban las tribunas, no muy numerosas, pero sí ruidosas. Luego de agradecer a quienes trabajaron en la campaña describió que “nacimos como espacio de reflexión, de proyectos, como una alternativa que no obligara a votar entre lo peor y lo malo”.
Después se refirió a los “palos en las ruedas y los ninguneos” que sufrieron durante la campaña, y “esta semana directamente se pasaron”, se quejó irónicamente, apuntando a “los socios en la polarización que no permiten otras alternativas”, haciendo referencia a Cambiemos y al Frente de Todos. También aseguró que Consenso Federal no se limita a una conyuntura electoral, sino que “es un proyecto con futuro, que nació con la idea de que sin consenso no se puede avanzar”. “Hace poco meses que estamos y ya sacamos 2 millones de votos y conseguimos el respeto de los ciudadanos”, se jactó.
Remarcó que muchas de las medidas del Gobierno y propuestas de otros espacios "fueron las que hace rato venimos diciendo nosotros” y enumeró, entre otras, la necesidad de activar la economía poniendo plata en el bolsillo de los argentinos, la quita de IVA a los productos de primera necesidad y la modificación de la forma de indexar los créditos UVA. Al igual que el resto de los candidatos de su espacio hizo referencia al hambre de los niños y los jóvenes, y lo definió como “ el derecho humano fundamental que está violado hoy en Argentina”.
Por último señaló que Argentina tiene todo para reactivarse: “Los medios de producción, los equipos, las máquinas están, la mitad tapadas con lonas, hay que poner en marcha la economía”. Más tarde, en conferencia de prensa reconoció que el país está peor que en 2015 por el endeudamiento, y remarcó que es difícil hacer un diagnóstico certero y arriesgar medidas como la de un cepo cambiario hasta tener datos como la cantidad de reservas con las que cuenta el Banco Central.
Evitar el voto en contra
El candidato a vicepresidente Juan Manuel Urtubey habló antes de Lavagna en un tono eufórico en casi todo el discurso. También tomaron el micrófono los principales referentes de Consenso Federal, que apelaron a desechar el llamado voto útil, o voto en contra, y optar por la tercera opción que representan
“Nos han robado el presente, hipotecado el futuro y quisieron quebrar este pueblo argentino, que no se quiebra, sabe de lucha y tienen un umbral de dolor muy alto, pero esa paciencia sirve para que algunos se aprovechen de ella, ha llegado el momento de reflexionar si vamos a seguir votando en contra y seguir poniendo en el poder a gente que nos avergüenza como argentinos o es la hora de que empecemos a pensar en el futuro de nuestros hijos y el presente de nuestros viejos”, señaló Urtubey, en un tono cada más elevado. Y casi a los gritos terminó: “Se puede hacer política con decencia, no hay que entregar los principios para ocupar un cargo. Vamos a dejarlo todo para construir una Argentina con dignidad y futuro”.
La que abrió el acto luego de las fotos de todos los candidatos con la dupla presidencial, fue Graciela Camaño, que definió a Lavagna como el “el mejor hombre” para sacar a la Argentina “del destino de quebrada a la que la sumieron los últimos dos gobiernos. No solo quiebra financiera sino también moral, ética y social". Después fue el turno de Tombolini, que remarcó que “elegimos no caer en la chicana vacía y elegimos el camino de las propuestas”. El candidato porteño terminó su breve discurso gritando “Viva la Patria”.
Bucca también hizo eje en la lucha contra el hambre, destacó que en Buenos Aires “el 63 % de los niños son pobres y muchos de ellos tienen inseguridad alimentaria, no se puede hablar de futuro si tenemos el presente hipotecado”. Por último pidió el voto por Consenso y advirtió: “ojalá que en meses no tengamos que preguntarnos por qué nos perdimos de tener un presidente como Lavagna”.