Un estallido de música, creatividad y vida. De ese modo define la violinista, compositora y cantante Vero Marjbein a su primer disco solista, Lo que estalla, que llega luego de recorrer la escena musical con grupos como Correntada y Orkesta Popular San Bomba. Y varios asuntos más resuenan en este disco. “A la vez siento que coincide con este estallido de mujeres que somos todas y que le da más fuerza a esta música”, enmarca Marjbein. “La tapa del disco es un gran estallido de risa, de flores y de colores; porque la lucha y el estallar no es algo trágico, al contrario, la explosión también es de emoción, de alegrías y de risas”, completa.
El disco, que se presentará este sábado a las 20.30 en el CAFF (Sánchez de Bustamente 772), pone el acento en la música de raíz folklórica, pero el abordaje no es tradicionalista, sino más bien desestructurado. Suenan chayas, zambas, chacareras y un aire de chamamé. “Hacer folklore es una decisión política, una apuesta ineludible a vincularnos con nuestra identidad y nuestra raíz”, resalta esta música porteña que comenzó a tocar el violín a los 20 años, influenciada por su abuelo. “Es fuerte lo que despierta en mí el sonido de los violines del monte, los violines sacheros y quichuistas que tomo de referentes”, dice Marjbein, quien logra combinar en su música “arreglos violinísticos más cercanos a lo sinfónico” y el paisaje urbano del rock.
“Si bien soy folklorista, Charly García es mi referente máximo de la música y sus canciones me atraviesan profundamente y musicalizan cada momento de mi vida desde que tengo consciencia”, cuenta, en alusión a la versión de “A punto de caer” en clave de zamba que grabó en el disco. “Para mí el tema habla sobre ese momento en el que tocamos fondo y descubrimos ahí una revelación: qué venimos a hacer a este mundo. En la letra, Charly canta ‘música es lo que das’. Es profundamente conmovedor y revolucionario encontrar eso que tenemos para dar”, entiende.
Otra canción que sobresale es “Cómplice”, que refleja el potente proceso cultural que protagonizan las mujeres. “Es un grito de toda la vida; es algo que brotó en mí como canción, pero que es gracias a esta gran revolución de todas las mujeres. Tenemos que ntender que no es ‘normal’ la violencia, la mirada sobre nuestros cuerpos, la esclavitud doméstica y la desigualdad, y que tenemos que cambiar ya”, sostiene y hace referencia al proyecto de Ley de cupo femenino en festivales de música, que después de las elecciones podría ser tratado en Diputados. “Sin dudas es una herramienta clave. Todos los espacios de poder, como puede ser un gran escenario, están restringido a las mujeres”, remarca.