Como era de esperar, las defensas de los seis policías imputados por la Masacre de Pergamino insistieron en sostener su inocencia. En su alegato final en el juicio, los defensores aseguraron que en el debate “no se pudo acreditar la conducta criminal” de sus representados. La fiscalía y las querellas pidieron entre 9 y 25 años de prisión para los policías, por no haber hecho nada para salvar la vida de las siete víctimas del incendio ocurrido el 2 de marzo de 2017 en la comisaría primera de Pergamino.

Margarita Jarque, abogada de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), querellante en la causa, le recordó a Página/12 que en su pedido de condena señaló que lo ocurrido en Pergamino “no fue una sorpresa o un accidente y no puede endilgarse la responsabilidad a las víctimas, como pretendieron” los imputados.

Jarque aseguró que la tragedia “no conmovió a nadie y ante ese silencio del Estado, es necesario que la justicia hable por este hecho y también por todo un modus operandi que hace posibles estas masacres” en comisarías y cárceles bonaerenses.

La abogada puntualizó que “como dicen las familias, sabemos que la reparación no será total, que nadie devolverá la vida de sus hijos, pero quieren que no le pase a nadie más” algo semejante.

A pesar de las pruebas presentadas en el juicio, los defensores les endilgaron la responsabilidad a las víctimas por “autoponerse en una situación de peligro” al iniciar un incendio que, como dijo la acusación, podría haber sido sofocado por los propios policías, con los matafuegos que había en la seccional. Según los imputados, también hubo “impericia por parte de los bomberos”. Al expandirse el fuego, los acusados llamaron a los bomberos de la Policía, que carecen de práctica para un caso de esas características; debieron llamar a los bomberos voluntarios.

Los policías imputados son Brian Carrizo, Alexis Eva, Matías Giulietti, Carolina Guevara, Sergio Rodas y el comisario Alberto Donza, que estuvo largo tiempo prófugo. Salvo Donza y Eva, que están detenidos en una unidad penitenciaria, el resto cumple prisión domiciliaria.

Los defensores solicitaron la absolución de los seis imputados y en el caso de Donza, sus representantes señalaron que en caso de haber veredicto condenatorio, que sea por “homicidio culposo” y no por “abandono de persona seguido de muerte” o por “homicidio simple”, como reclamaron el fiscal y las querellas. 

Las abogadas de la CPM fueron las que pidieron las penas más duras para los seis, entre 21 y 25 años de cárcel, por el delito de “homicidio simple”. El organismo destacó “la importante prueba sobre la responsabilidad de los policías" y señaló "la importancia de este juicio”, con vistas al futuro, para evitar que vuelvan a suceder hechos similares, mediante la aplicación de una condena acorde con la gravedad de lo sucedido.

El pedido de justicia fue por los siete fallecidos, Sergio Filiberto, Fernando Latorre, John Claros, Alan Córdoba, Franco Pizarro, Federico Perrota y Juan José Cabrera, pero también por los doce sobrevivientes del incendio. Además de las condenas, la CPM pidió que de haber condenas, se cumplan en las cárceles provinciales. También solicitó que se investigue por encubrimiento a ocho policías “que pretendieron sostener la impunidad” de sus colegas.

Durante el juicio, el imputado Alexis Eva modificó su declaración en la etapa de instrucción, cuando había señalado --al igual que otros acusados-- la responsabilidad directa en lo ocurrido del comisario Alberto Donza. En el juicio oral, Eva dijo que “dado que Donza se había profugado y esas cuestiones, nuestra declaración tendía a incriminarlo a él”. En cuanto a su propia actuación, afirmó que “hasta el día de hoy sigo diciendo que hicimos lo que pudimos”. De todos modos, Eva admitió que el tenía un juego de llaves con el que podría haber abierto puertas por las que las víctimas podrían haber escapado de la trampa mortal en la que se encontraban. 

Donza, que era el oficial a cargo de la seccional, sin mencionar por supuesto que estuvo prófugo luego del hecho, dijo ante los jueces que él fue el que “se preocupó” por la comisaría primera, que cuando él llegó “tenía falta de personal, oficiales de poca experiencia, candados defectuosos y el Estado nunca nos mandó una caja chica”, entre otras cosas. Dijo que contaba todo eso “para desmentir que yo no hice nada”. Sobre el incendio propiamente dicho, aseguró que en la comisaría había “cinco matafuegos, de los que dos funcionaban”. Con voz de arenga militar, señaló que los matafuegos “siempre estaban a mano”, pero dio a entender que los policías no saben cómo apagar un incendio.