El Mural más grande mundo fue inaugurado el 20 de octubre. Se realizó en Posadas, capital de Misiones, y mide 1400 metros de largo y 5 metros de alto. Entre los 50 artistas que participaron, estuvo el oranense Juan Pablo Zarra, muralista y profesor de artes visuales.
Más de doce años dentro del muralismo, lo posicionan como uno de los artistas más reconocidos de la provincia. Nacido en Orán, la localidad ubicada a 33 kilómetros al norte del Trópico de Capricornio, e hijo de Ricardo Zarra, férreo artista militante de los derechos humanos, Juan Pablo se enamoró del arte de la pared cuando tenía veinte años.
Actualmente forma parte del Movimiento Internacional de Muralismo, que lo convocó a participar en la obra de Misiones. “Fue una experiencia muy buena”, expresó Zarra. “Venís con mucha más energía cuando sentís lo que estás haciendo en el lugar”, contó.
Al salteño le tocó realizar 32 metros y allí, plasmó su obra El Péndulo durante cuatro días. Es la pintura de un hombre de brazos abiertos sosteniendo el sol en uno y un corazón en el otro. “Ya venía trabajando el boceto hace unos meses” y “pude plasmar una visión espiritual que estoy viviendo ahora”, afirmó.
La iniciativa del mural, a través de la Entidad Binacional Yacyreta, surgió para mostrar las culturas unidas de Argentina y Paraguay. “Existe una relación cultural” entre ambos países, contó el artista. El mural se encuentra al costado de la Aduana.
La temática fue “la interculturalidad” y en ese sentido, “cada artista disponía lo suyo”. La salteña Viviana González también participó del evento en Posadas.
Zarra describió todos sus años dentro del muralismo en “vetas”. Consideró que su trabajo actual apunta a “una cuestión espiritual”. “El arte te da la posibilidad de conectarte con tu mente y tu espíritu”, dijo.
Entre sus vetas, está “aquella que es social”. Recordó que trabajó activamente con jóvenes de la localidad de Orán y tenían como objetivo, explorar temáticas referidas a la salud, la educación y la cultura. “Se buscaba cada forma de incluir esos pensamientos que eran ideas productivas para que los jóvenes puedan apropiarse de ellas y les sirvan para la vida”, enfatizó.
Otro de los aspectos que proyectó en cada obra fue la identidad. Eran obras “de origen y raíces con los pueblos originarios”, señaló. Pasando así, por la cuestión social y política. Sus obras se pueden ver en diferentes puntos de la ciudad y también en su cuna, que es Orán.
“Estaría bueno que se sigan dando las propuestas como la de Misiones, porque te dan las condiciones y además, te hacen sentir que podés hacer grandes obras”. “Existe un valor a los artistas”, sostuvo. Añadió que el trabajo que hizo durante varios días en Misiones fue pago y que representó un reconocimiento a su trabajo. “Eso nos ayuda para seguir invirtiendo en el arte”, consideró.
“Hoy en día, con esta situación de los artistas, el arte sufre”. “Tenemos que laburar a full y se pone más difícil”, sostuvo. “Hoy consumir arte pago no es posible”, añadió. Consideró que esto se debe a que “la gente necesita cubrir otras necesidades primero”.