El movimiento independentista catalán copó otra vez Barcelona con una multitudinaria concentración, estimada en 350 mil personas. Se movilizaron a lo largo de casi tres kilómetros en rechazo a las penas de cárcel a los líderes del proceso independentista de 2017. Hacia el final de la jornada se dieron enfrentamientos entre la policía y los manifestantes. El saldo fue de tres personas detenidas y más de 30 heridos. Los manifestantes respondieron al avance de la policía arrojándoles pelotas de goma, botellas y pintura. De esa manera se hicieron eco del llamado hecho por el Comités de Defensa de la República (CDR), de "devolverle el pelotazo" a la fuerzas de seguridad. Formó parte de la movilización el presidente catalán Quim Torra. Por su parte, el Presidente de España, Pedro Sánchez, se negó a dialogar Torra, argumentando que no condenó rotundamente la violencia que estalló en Cataluña.