En la previa de la elección que determinará su continuidad al frente del Gobierno, Mauricio Macri decidió aprovechar el sábado de veda descansando con su familia y amigos en la quinta "Los Abrojos". Luego de un extenso recorrido por varias ciudades del país - englobadas en lo que se llamó la campaña del "Sí Se Puede", que finalizó con el cierre de campaña en Córdoba - el presidente viajó con su esposa, Juliana Awada, y su hija Antonia a la quinta que tiene en la localidad bonaerense de Los Polvorines, en donde suele pasar sus fines de semana. Allí, a pesar del dolor que tiene en la rodilla, jugó al paddle con amigos y descansó junto a su familia.
El candidato a la reelección por Juntos por el Cambio, a diferencia de su opositor Alberto Fernández, pasó la vigilia electoral recluido en "Los Abrojos" y sin contacto con el mundo exterior. Durante el viernes, ya iniciada la veda electoral, Macri había mantenido una agenda reducida, sin actividades oficiales, solo un asado junto a varios de sus ministros en la Residencia de Olivos.
El plan de Mauricio Macri será permanecer en la quinta hasta el domingo al mediodía, cuando se dirigirá a la Escuela número 16 "Wenceslao Posse" en el barrio de Palermo, cerca de plaza Las Heras, para emitir su voto. Después se trasladará a la quinta de Olivos, donde aguardará los resultados de las mesas testigo de Juntos por el Cambio antes de dirigirse al búnker del oficialismo en Costa Salguero.