Aunque sin dar nombres reales, las denuncias de acoso, abuso o violación contra el jerarca de Hollywood, Harvey Weinstein, sobrevuelan la historia: primero es una joven actriz, luego otra, después otra más, pronto son cinco, seis y una larga lista de mujeres que se animan al fin a denunciar, todas han sido víctimas de un poderoso productor del mundo del espectáculo que, sin embargo, está apañado por un dream-team de abogados y peces gordos de la Justicia. Por suerte, una unidad especial de policías y fiscales trabaja para destrabar el aparato judicial, y ese es precisamente el engranaje institucional donde pone el ojo Law & Order: Special Victims Unit (o La Ley y El Orden: Unidad de Víctimas Especiales, según la grilla que cada uno consulte), la serie que estrenará su nueva temporada este martes, a las 21, en Universal TV. Debut que supondrá todo un récord, ya que se tratará de la temporada 21 para esta Unidad de Víctimas Especiales que debutara en 1999 como spin-off de Law & Order (1990-2010) y como “hermana mayor” de Law & Order: Criminal Intent (2001-2011, aquella áspera ramificación recordada por las pinceladas histriónicas de Vincent D’Onofrio). Una familia de series que mestiza el género policial con las intrigas de la oficina de Legales y que se convirtió en una de las franquicias más pujantes del nicho se las sagas sobre crimen, que incluye otras tres líneas (las por ahora truncas Law & Order: Trial by Jury, Law & Order: LA y Law & Order: True Crime) y que aporta el valor agregado de inspirar sus guiones y sus historias en delitos reales.
Desde su debut, Law & Order: Special Victims Unit se distinguió por la naturaleza de los crímenes que trata; ataque sexuales cometidos contra víctimas consideradas particularmente vulnerables, que han sobrevivido al ataque y que pueden colaborar con la posterior investigación del caso. En la víspera del debut de su temporada 21 en las pantallas latinoamericanas, Página/12 entrevistó a Warren Leight, veterano productor ejecutivo y guionista principal –todo sea por evitar el barbarismo showrunner– que, tras unos años fuera de la Special Victims Unit, regresó para firmar su sexta temporada al frente de la serie y no esconde su satisfacción: “cuando estuve fuera, más de una vez me pasó ver el noticiero y sentir ‘qué ganas de volver, para poder escribir sobre las cosas que están pasando’”.
-Si contar 21 temporadas parece mucho, la cantidad de episodios suena más impactante aún: ya llevan más de 460. ¿Cómo hace Law & Order: Special Victims Unit para no repetirse?
-A decir verdad, a veces tal vez sí nos repitamos… (risas). Yo he sido parte de la serie, me fui, ahora estoy de regreso y es mi sexta temporada. También ha retornado la guionista Julie Martin, que va a empezar su novena temporada. Probablemente estamos pasando cada vez más tiempo en la oficina de guión, revisando los trabajos de otros autores, y luchamos para que cada episodio resulte fresco y nuevo. Lamentablemente, las historias criminales reales siguen ocurriendo. Y la sociedad cambia. El movimiento #MeToo, por ejemplo, ha disparado la atención sobre muchas historias y casos. Además, estamos en permanente contacto con profesionales para conocer las nuevas técnicas que se utilizan hoy en día para interrogar a víctimas de delitos sexuales, que apuntan a que los interrogatorios resulten lo menos traumático posible. Hemos hablado con 15 expertos, incluyendo abogados, científicos, detectives, examinadores médicos y fiscales, para saber cuáles son las novedades técnicas y legales. Y todo eso abre puertas a nuevas historias, claro. El mundo cambia muy rápido. Pero una de las claves de esta serie es siempre entender a las víctimas, a los sobrevivientes.
-Law & Order: Special Victims Unit se inspira en casos policiales reales y cuenta con periodistas en su equipo de guión. ¿Cómo es el trabajo de seleccionar historias reales y adaptarlas a las necesidades narrativas de la serie?
-Bueno, sí, nuestro equipo este año supone una mezcla muy interesante, con novelistas, guionistas y periodistas. Hemos incorporado cronistas neoyorquinos muy experimentados que han escrito para medios como Newsweek, profesionales con muchos años de experiencia en el periodismo, gente que conoce cada calle de Nueva York, que conoce a policías reales, a fiscales reales, e incluso a los personajes reales en los que nos basamos para nuestras historias… De hecho, en los inicios del show habíamos evaluado que el personaje principal fuera periodista y no policía. Apreciamos toda su experiencia y la aprovechamos para abordar los distintos casos. Nuestro trabajo es convertir todo eso en una historia de ficción, encontrar la historia fuerte que se esconde entre esos datos reales, y adaptarla a ciertos patrones, a una estructura dramática de episodios de 42 minutos divididos en cinco bloques… así que es un gran desafío. En todos los episodios tomamos datos y detalles de la vida real, lo que ayuda a construir la solidez del show. Y los periodistas no sólo aportan al show con los datos reales, ¡también tienen buen oído para escribir los diálogos! (risas)
-Al trabajar sobre delitos reales, ¿se han topado con repercusiones o críticas de parte de las personas reales implicadas en esos casos?
-Desde ya que modificamos siempre los nombres y cambiamos algunos datos, básicamente para evitar demandas judiciales. Pero lo cierto es que, en todo este tiempo, a lo largo de los 21 años que lleva al aire este show, mucha gente, muchas familias a las que les tocó sufrir episodios violentos o criminales, se han acercado a decirnos “ojalá, cuando nos pasó a nosotros, el caso hubiese sido investigado por alguien como la detective Olivia Benson”, personaje principal de la serie. Está bueno que esa gente que ha sufrido sienta que no está sola y que mucha gente pueda identificarse con algunas cuestiones de la serie. Por todo eso, tratamos de ser muy respetuosos con cada historia. Nuestra regla es que les creemos a las víctimas. Algunos a veces tienden a creer que hay denuncias inventadas… Nosotros siempre les creemos a las víctimas. Ojalá los policías de la vida real se parecieran un poco más a los de la serie.