"Se siente, se siente, Alberto Presidente". El canto, entonado con ganas, y con una gran dosis de desahogo, se hizo sentir anoche en el Monumento Nacional a la Bandera, el lugar que eligieron miles de rosarinos y rosarinas que se quedaron varias horas festejando el triunfo de la fórmula presidencial del Frente de Todos. Unas horas antes, la espera de los primeros resultados congregó a militantes y a muchas familias de a pie en el bunker montado en el Centro Cultural Atlas, en un clima de euforia que nunca decayó, al ritmo de los bombos, cánticos y bocinazos que rompieron la calma del domingo en el microcentro rosarino. También hubo lágrimas, pero en esta oportunidad fueron de alegría, diferentes a las que se derramaron en el 2015 cuando el peronismo esperó los resultados del ballotage en Sportivo América. Según los datos oficiales, y con el 98,41 por ciento de los votos escrutados en la ciudad, la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner conseguía 371.951 votos (46,58%), superando a la de Mauricio Macri-Miguel Angel Pichetto que cosechó 298.731 votos (37,41%).
"Sufrimos tanto, pero volvimos la puta madre", decía Guillermo en la esquina de Mitre y San Lorenzo y se secaba las lágrimas. Subidos a una camioneta, militantes de la Federación Tierra y Vivienda agitaban banderas argentinas y cantaban "vamos a volver, a volver, vamos a volver". La cuadra frente al Centro Cultural Atlas estaba desbordada. La gente cantaba y sacaba fotos, mientras buscaban datos oficiales en los celulares. En la vereda, unos jóvenes montaron una tarima y ofrecían cerveza artesanal. Fue una edición especial de 500 latas pintadas con el logo del Frente de Todos, y un éxito rotundo: En un par de horas, vendieron todos los packs.
En el búnker del Frente de Todos, los cronistas y movileros buscaban la palabra de los referentes. Allí estuvieron el diputado nacional Agustín Rossi, el diputado provincial Luis Rubeo, las concejalas Norma López y Marina Magnani, y el concejal Eduardo Toniolli, entre otros. A medida que pasaban los minutos, el lugar era un hervidero y la circulación se complicaba, incluso para los fiscales que llegaban desde todos los puntos de la ciudad con las actas pidiendo que les abran el paso para entregarlas.
En la calle, todos seguían cantando. "Un minuto de silencio, para Macri que está muerto", y "es para vos, es para vos, MMLPMQTP", fueron las más escuchadas. Un peldaño más abajo, apenas, se ubicó la marcha peronista y el "Viva Perón Carajo!". "Esto es un despelote, no sabés lo que es", le decía un muchacho por teléfono a un amigo, invitándolo a sumarse a la fiesta montada en calle Mitre, donde no paraba de llegar gente, y los vendedores ambulantes de cerveza hacían la diferencia.
El ritmo fue una constante. Bombos y redoblantes marcaban el paso y la gente golpeaba hasta los baños químicos instalados sobre calle Mitre. Colectivos, taxis, autos particulares no paraban de hacer sonar las bocinas. Para muchos fue un desahogo, donde no se ahorraron puteadas. "A dónde están, a dónde están, los que decían que no vuelven nunca más", cantaban varios pibes y pibas, mientras volaban las boletas del Frente de Todos. El fútbol, que siempre es un condimento especial en la ciudad, dijo presente, pero en esta ocasión, en tono de concordia, algo que se podía percibir en la cantidad de camisetas de Central y de Ñuls que cantaban al unísono: "A volver, a volver, vamos a volver".
Desde el búnker llegaban los primeros números de las mesas testigo, sorprendentes en la provincia, pero marcando la diferencia en la ciudad, varias veces postulada como la capital del peronismo. "Yo soy de Argentina, soy soldado de Cristina", seguían cantando, ajenos a cualquier resultado que no fuera el de la victoria del Frente de Todos. "Ganamos, ganamos", gritaba una chica mientra se abrazaba con una amiga. El ritual de los abrazos, aunque fuera con desconocidos, fue una constante entre la gente, como los bocinazos de los autos que pasaban por calle San Lorenzo.
Una vez que se conocieron los resultados confirmando el triunfo de la fórmula Fernández-Fernández, la alegría se trasladó al Monumento. Las columnas bajaban por la Peatonal Córdoba, liderados por cientos de jóvenes que recordaban a la "gloriosa JP". Frente al mástil, también flameaban otras banderas, de organizaciones sociales y políticas que le pusieron color a una noche que muchos jamás olvidarán.