Desde Montevideo
“Nació la coalición” tituló el diario El Observador este lunes de resaca electoral en referencia a la unión de las derechas con la ultraderecha de cara al ballottage del 24 de noviembre.
Según el escrutinio oficial, Daniel Martínez, del centro-izquierdista Frente Amplio, obtuvo un 39,1 por ciento y deberá enfrentar a Luis Lacalle Pou, que consiguió 28,5 por ciento de los sufragios. El candidato del Partido Nacional (Blanco) parte con ventaja, respaldado por el colorado neoliberal Ernesto Talvi (obtuvo 12,3 por ciento) y el militar retirado Guido Manini Ríos, con el 10, 8 por ciento de los votos. Pero la alianza de Lacalle Pou con el líder de Cabildo Abierto es a todas luces repudiable. Sería como imaginar a Sarkozy formando coalición con Le Pen.
El excomandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos fue destituido en marzo por Tabaré Vázquez por no haber denunciado la confesión del represor Nino Gavazzo de que arrojó al río Negro el cuerpo del tupamaro Roberto Gomensoro, en 1973. Y ya dijo que se amparará en los fueros parlamentarios para no sentarse en el banquillo de acusados. Más aún, su compañero de fórmula Guillermo Domenech se puso por encima de la ley al afirmar que “los cabildantes impedirán que Manini Ríos sea enviado a prisión”.
Cabildo Abierto consiguió 11 bancas en Diputados (son 99) y 3 en el Senado (de un total de 30). Manini Ríos pone en cuestión la agenda de derechos que aprobó el Frente Amplio en 15 años de gobierno, entre las leyes de legalización de aborto, matrimonio igualitario regulación del cannabis.
La polémica con Manini Ríos incluye un capítulo anterior: se había enfrentado al gobierno de Tabaré por la Reforma del Sistema de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas, aprobada en 2018, que le valió 30 días de arresto, la máxima sanción.
Falta menos de un mes, pero es probable que la figura de Manini Ríos sea un límite a no cruzar de un electorado que se desencantó con el Frente Amplio, pero que no votaría a una derecha aliada a los ultras.