Familiares de David Campos y Emanuel Medina, acribillados tras una persecución policial en 2017, salieron ayer con una mezcla de bronca y angustia de los Tribunales. "Una vez más sentimos que la Justicia se nos ríe en la cara", dijeron tras la suspensión de una audiencia que consideraban clave para el avance hacia el juicio oral y para determinar si uno de los principales acusados se sentará en el banquillo.

La audiencia preliminar que tenía que comenzar ayer se suspendió luego de que se indicara que la Oficina de Gestión Judicial "no notificó a personal médico de la Junta de Salud Mental", dijeron los familiares sobre algunos de los los profesionales citados para determinar si Alejandro Bustos está en condiciones de ir a juicio.

La bronca tuvo que ver con que la audiencia que se suspendió ayer también fue postergada a mediados de año. "Se reprogramó varias veces y ahora sucede una vez más por negligencia de la OGJ, cuyo personal estaba encargado de notificar a los médicos peritos", se quejaron en un comunicado.

Germán, hermano de David, sumó en diálogo con Rosariol12 que "se notifica a la familia, cuando pedimos que no lo hagan; pero no a los médicos que tenían que venir hoy. La bronca es que hay que esperar otros 15 días para tener una nueva fecha".

La citación tiene que ver con que la semana pasada el juez Hernán Postma consideró que estuvieran presentes los profesionales de cada una de las partes para escucharlos y tomar una decisión.

En la causa hay una veintena de policías imputados y los familiares están representados por querellantes que tras escuchar a los profesionales tratantes sostienen que Bustos está en condiciones de volver a prisión efectiva -ya que está hace un año internado en una clínica particular- y afrontar el juicio.

El hecho tuvo lugar el 23 de junio de 2017, cuando Campos y Medina circulaban en un Volkswagen Up! por zona sur y un móvil policial comenzó a perseguirlos en Grandoli y Gutiérrez. Después de unos 28 minutos de persecución y disparos, el auto chocó contra un árbol en Callao y Arijón; donde decenas de patrulleros lo rodearon y hubo más tiros.

Bustos fue acusado como uno de los principales tiradores, junto a Leonel Mendoza. En tanto, hay más uniformados implicados, en su mayoría acusados de "encubrimiento, incumplimiento de deberes de funcionario y falsedad ideológica".