La jueza Cristina Fortunato ordenó ayer la prisión preventiva sin plazos de ocho policías que prestaban funciones en la comisaría 3ª de Sunchales. La decisión fue tomada en los tribunales de Rafaela, tras el pedido de las fiscales Gabriela Lema y Lorena Korakis, quienes el sábado pasado imputaron a siete de los agentes por el delito de torturas; y al comisario, por encubrimiento agravado. Las víctimas fueron dos hermanos que se encontraban detenidos en la dependencia, y la imputación expresa que los agentes "actuaron de común acuerdo, en forma conjunta y mediante el reparto de tareas".

Los acusados de tortura son la subinspectora S.S., de 42 años; el subcomisario F. M., de 38; el oficial J. C., de 31 años; y los suboficiales C. M., de 21 años; B. G., de 25; M. O., de 30; y M. A., de 38. Por su parte, al comisario L. G., de 36 años, se le atribuyó la autoría del delito del encubrimiento agravado. "Solicitamos la prisión preventiva de los ocho imputados, y la jueza entendió que correspondía imponer la medida cautelar sin plazo", señalaron las fiscales Lema y Korakis. "La magistrada no dio los fundamentos de su decisión, por lo tanto, aguardaremos la resolución", agregaron las funcionarias judiciales.

Al mismo tiempo, aclararon que "más allá de la prisión preventiva impuesta, la investigación sigue su curso. Seguiremos trabajando y avanzando todo lo que podamos en el esclarecimiento de lo ocurrido".

En ese sentido, detallaron que "los delitos fueron cometidos el viernes 18, entre las 5.10 y las 6 de la mañana, en la comisaría 3ª de la ciudad de Sunchales, ubicada en avenida Belgrano 386". Allí, "las víctimas fueron dos hermanos que estaban legítimamente privados de su libertad en la sede policial, a los que le impusieron tormentos físicos y sufrimientos psíquicos de gravedad", sostuvieron sobre la acusación a siete policías que "actuaron de común acuerdo, en forma conjunta y mediante el reparto de tareas". Según se relató en la audiencia, "los hermanos detenidos fueron llevados a la cocina-comedor de la dependencia policial, obligados a arrodillarse -uno de ellos maniatado por la espalda con precintos y el otro esposado- y luego fueron golpeados en distintas partes del cuerpo", expresa el comunicado del Ministerio Público de la Acusación.

Las fiscales subrayaron que "a uno de los detenidos le bajaron el pantalón y lo amenazaron con abusarlo sexualmente. Además, utilizaron un palo de madera para golpear a uno de los detenidos en distintas partes del cuerpo, hasta que cayó al piso y comenzó a toser". También detallaron que "minutos más tarde volvieron a propinarles golpes de puño y patadas. A uno de los detenidos le colocaron una bolsa de nylon en la cabeza, mientras que al otro lo empujaron contra un ventanal de vidrio, el cual atravesó con las manos esposadas, lo que le provocó graves heridas en distintas partes del cuerpo", precisaron.

"Aproximadamente 15 minutos después, el comisario imputado llegó al lugar. Tomó conocimiento de los tormentos infligidos a los dos detenidos, insultó a uno de ellos y con el fin de procurar la impunidad de los delitos e incumpliendo los deberes a su cargo, no comunicó debidamente a la autoridad competente lo sucedido", remarcaron las fiscales. "Además, ordenó al personal que limpiara el lugar y sacara los vidrios del ventanal roto. Sus subordinados realizaron lo indicado, razón por la cual alteraron la escena del hecho e hicieron desaparecer los rastros del delito cometido", concluyeron las fiscales.