De los comienzos en 2009 algunas cosas parecen muy lejanas, como nuestros esfuerzos para no utilizar el genérico masculino y la irritación de algunas personas ante el lenguaje que pretendía no invisibilizar a las mujeres. Hoy nos enfrentamos al desafío de encontrar la forma de salir del binarismo e incluir a todes. A veces creemos que con esos gestos es suficiente, pero la realidad nos muestra que el núcleo principal de la opresión se mantiene. Cada vez que se produce un femicidio, el patriarcado afirma cruelmente su vigencia. Por ellas van nuestras lágrimas y nuestros puños. Es necesario festejar estos diez años, porque en estas aulas se forja parte de la fuerza social que va a impedir que nos sigan asesinando.
En los inicios, gran parte de quienes se inscribían para formarse como especialistas lo hacían por motivaciones personales, militancia o curiosidad. Pero desde hace un tiempo, hay una demanda casi desesperada de herramientas para dar respuesta a lo que ebulle en las aulas. Frente al avance de los sectores más reaccionarios, del “con mis hijos no”, en nuestro país miles de jóvenes salieron a decir “con nosotres sí”, a preguntar ¿dónde está mi ESI?, y se ubicaron como protagonistas que demandan respuestas al Estado y a cada unx de lxs docentxs que se paran frente al aula.
En las escuelas florecen identidades diversas, se cuestionan los micromachismos, el binarismo, la heteronorma, y todo ello nos moviliza, transforma e interpela en este espacio pensado y creado a partir de la teoría de género, con la firme convicción de revertir las relaciones de poder que genera el patriarcado. Somos un equipo que, más allá de nuestras precarias condiciones laborales, pone todo lo que puede desde la interdisciplina, la reflexión sobre las propias prácticas y una enorme valoración por la solidez académica. A la luz de la teoría de Pichon Riviere y Ana Quiroga, cuestionamos nuestras matrices para comprenderlas desde un análisis histórico y antropológico, y desde la crítica de la vida cotidiana. Con las herramientas de la pedagogía popular de Paulo Freire, en ese proceso que llamamos enseñaje, quienes somos parte de esta comunidad educativa encaramos las transformaciones necesarias para modificar las condiciones de vida que limitan la vida y la felicidad. Cada año cientos de docentes y profesionales reclaman ser parte de ese proceso, en el que también nos convertimos en actores y actrices de la lucha por la ESI, por la educación pública y por nuestros profesorados, entre ellos el Joaquín, que nos alberga.
Frente al oscurantismo, al status quo que implica jerarquías que someten, acosan y abusan, fuimos acuñando la consigna “por el placer en las aulas”. Para recuperar el placer del rol docente, ser parte de procesos transformadores y de la lucha por la libertad de las personas, para que la sexualidad no sea abordada solamente desde el peligro del riesgo y los mandatos, sino desde la integralidad, donde el placer también es un derecho.
Por la libertad, la igualdad y la vida, defendemos la potencia transformadora de la ESI, por el placer en las aulas.
*Equipo de coordinación del Postítulo Especialización docente de nivel superior en Educación Sexual Integral. Instituto Superior del Profesorado Joaquín V. González.