Con silbatos, cacerolas, banderas chilenas y mapuches, los chilenos y chilenas llegaron a la Plaza Italia para repetir la "marcha más grande" , la histórica concentración de más de un millón y medio de personas ocurrida el viernes. Si bien el número de manifestantes no se repitió, tras doce días consecutivos de protestas, la manifestación volvió a ser masiva y, como en cada jornada, volvió a se reprimida por las fuerzas de Carabineros.
La convocatoria para la #LaMarchaMasGrandeDeChile2 había sido convocada originalmente al Palacio de La Moneda, pero los organizadores redireccionaron el destino nuevamente a la plaza también conocida como Baquedano, debido al fuerte operativo de Carabineros. Sin embargo, frente al Palacio de la Moneda llegaron algunos grupos de manifestantes, lo que generó tensión con los Carabineros y los primeros cruces.
"Todos es pacífico, son los mismos carabineros los que arman la grande. Estoy protestando por un salario digno y salud para nuestros hijos. Al Gobierno le hemos dicho basta ya de abusos con el pueblo. Basta ya Piñera, ¡váyase!", declaraba un trabajadora pública que caminaba desde La Moneda a la radio ADN de Santiago de Chile.
La diputada del Partido Comunista de Chile Karol Oliva, junto a su compañera de bancada Camila Vallejo, denunció a través de sus redes cómo un veedor del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) recibió siete impactos de perdigones en su pierna. "Ahora que Andres Chadwickp no es Ministro del Interior ¿Seguirán poniendo en duda la responsabilidad del presidente Sebastián Piñera en las graves vulneraciones de DDHH?", lanzó desde sus redes.
En la Plaza Italia la concentración se motró pacífica y con episodios que llamaron la atención y muchas personas no dudaban en denunciar como "infiltrados". Grupos de encapuchados que corrían y agradían entre la gente que se manifestaba con banderas y silbatos, otros grupos que ingresaban a obras cercanas para hacerse de piedras.
A pesar de que la mayoría de los movilizados permanecieron en calma, cuando comenzó a caer el sol, Carabineros volvió a avanzar con los camiones hidrantes para reprimir y despejar la plaza, como ocurrió el viernes pasado, tras la marcha más numerosa desde la vuelta de la democracia trasanadina.
La movilización había sido convocada a La Moneda durante el fin de semana. Pero, como consecuencia de la histórica marcha del viernes, el presidente Sebastián Piñera llevó adelante el acto de cambio de su gabinete de ministros para intentar calmar el reclamo popular contra el modelo político y económico que lleva más de diez días. Eso generó protestas frente a la casa de gobierno, que terminaron en una nueva represión.
Los comercios bajaron sus persianas horas antes de la convocatoria. A las 17, cientos de manifestantes ya comenzaban a llegar a La Moneda, pero se encontraron con camiones hidrantes y lanzagases de carabineros de los que se emitían la orden de alejarse de la zona. Por la misma Alameda, como se denomina a la central avenida O'Higgins, los chilenos y chilenas se dirigieron hacia Plaza Italia.
"La gente se quiere seguir manifestando, la normalidad no ha vuelto para nada ni para nadie. El cambio de gabinete no fue un cambio, fue un enroque de los mismos que estaban trabajando para el Gobierno. Tiene que haber cambios estructurales, los políticos tienen que aprender a escuchar a la gente", apuntó un joven trabajador que ya había llegado temprano a la Plaza Italia.
La expectativa era repetir el millón y medio de personas que el viernes marcaron la historia y forzaron las primeras acciones concretas del presidente Piñera, quien hasta entonces había buscado apagar el fuego con un tibio paquete de medidas sociales.
De la mismo forma, el temor era que se repita la represión de los últimos diez días, a pesar de que ya no rige el "estado de emergencia" ni el toque de queda en las ciudades del país trasandino.
Hasta ayer, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) había presentado 120 acciones judiciales, entre ellas, cinco por homicidio, 18 por violencia sexual y 76 por torturas. Esas cifras se suman a la denuncia de colectivas feministas por la desaparición de 13 mujeres.
A once días de la primera manifestación en el subte de Santiago de Chile, según el INDH, hay 3535 personas detenidas, entre ellas, 375 niños, niñas y adolescentes. El organismo de derechos humanos advirtió que en las detenciones se registraron graves denuncias como desnudamientos de menores de edad, agresiones, maltratos verbales y amenazas.
La represión ordenada por el gobierno de Sebastián Piñera, que tras la histórica marcha del viernes tuvo que levantar el toque de queda, ya dejó 1132 heridos por disparos. Entre las personas heridas, 127 perdieron uno de sus ojos.