Una lista con doce familias de bacterias resistentes a los antibióticos, muchas de ellas letales, fue publicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de impulsar a los sectores público y privado a generar investigación y desarrollo en nuevos tratamientos para frenar el impacto de las enfermedades que éstas generan.
La lista de “patógenos prioritarios”, que se divide en tres categorías según la urgencia, es encabezada por las “bacterias multirresistentes que son especialmente peligrosas en hospitales, residencias de ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventiladores (respirador artificial) y catéteres intravenosos”, informó la OMS en un comunicado.
En este grupo, denominado crítico, se incluye al acinetobacter, las pseudomonas y varias enterobacteriáceas como klebsiella, escherichia coli, serratia y proteus, todas bacterias que pueden provocar infecciones graves y a menudo letales, como infecciones de la corriente sanguínea y de las vías respiratorias.
“Estas bacterias han adquirido resistencia a un elevado número de antibióticos, como los carbapenémicos y las cefalosporinas de tercera generación (los mejores antibióticos disponibles para tratar las bacterias multirresistentes)”, subrayó la organización sanitaria dependiente de Naciones Unidas.
Los niveles segundo y tercero de la lista –las categorías de prioridad alta (Enterococcus faecium, Staphylococcus aureus, Helicobacter pylori, Campylobacter, Salmonellae y Neisseria gonorrhoeae) y media (Streptococcus pneumoniae, Haemophilus influenzae y Shigella)– incluyen otras bacterias que demuestran una resistencia creciente a los antibióticos y causan enfermedades comunes, como la gonorrea o intoxicaciones alimentarias por salmonela.
“Esta lista es una nueva herramienta para garantizar que la investigación y desarrollo responda a necesidades urgentes de salud pública”, aseguró Marie-Paule Kieny, médica y subdirectora General de la OMS para Sistemas de Salud e Innovación. “La resistencia a los antibióticos va en aumento y estamos agotando muy deprisa las opciones terapéuticas. Si dejamos el problema a merced de las fuerzas de mercado exclusivamente, los nuevos antibióticos que con mayor urgencia necesitamos no estarán listos a tiempo”, remarcó.
La OMS indicó que el bacilo de Koch, el que causa la tuberculosis, cuya resistencia al tratamiento tradicional aumentó en los últimos años, “no fue incluido en la lista porque es objeto de otros programas específicos”.
Otras bacterias, como los estreptococos de los grupos A y B y Chlamydia, tampoco fueron incorporadas al listado porque “tienen bajos niveles de resistencia a los tratamientos existentes y no representan actualmente una amenaza significativa para la salud pública”.
El organismo elaboró el listado con la colaboración de la División de Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Tübingen (Alemania), utilizando algunos de estos criterios: grado de letalidad de las infecciones que provocan; que el tratamiento requiera o no una hospitalización larga; la frecuencia con que presentan resistencia a los antibióticos existentes, y la facilidad con la que se transmiten entre animales, de animales a personas y entre personas.
También se evaluó si las infecciones que provocan pueden o no prevenirse (por ejemplo, mediante una buena higiene y vacunación), cuántas opciones terapéuticas quedan, y si se están investigando y desarrollando nuevos antibióticos para tratar las infecciones que causan.
“La lista tiene por objeto animar a los gobiernos a que establezcan políticas que incentiven la investigación científica básica y la investigación y desarrollo avanzada tanto a través de organismos financiados con fondos públicos como del sector privado que inviertan en el descubrimiento de nuevos antibióticos”, apuntó la OMS.
“Asimismo –continuó Kieny– proporcionará orientaciones a nuevas iniciativas de Investigación y Desarrollo como la Alianza mundial de I+D OMS/DNDi para los antibióticos, que está comprometida con el desarrollo de nuevos antibióticos sin ánimo de lucro.”
La OMS publicó este listado en la misma semana en la que los expertos en salud del G20 se reúnen en Berlín para analizar políticas sanitarias.
Finalmente, aseguró que “aunque es esencial aumentar la I+D, esto no basta para solucionar el problema; para luchar contra la resistencia, tiene que haber también una mejor prevención de las infecciones y un uso apropiado de los antibióticos existentes en la medicina humana y veterinaria, así como un uso racional de cualquier nuevo antibiótico que se desarrolle en el futuro”.