Una campaña con publicidades de grandes marcas intervenidas para subvertir sus mensajes se viralizó ayer en redes sociales. La movida, impulsada desde el Colectivo Ni Una Menos junto al Proyecto Squatters, forma parte de las acciones en torno a la convocatoria al paro internacional de mujeres del 8 de marzo, y apunta a visibilizar las desigualdades que afectan a las mujeres en relación a las tareas domésticas y de cuidados y al uso de su tiempo para el ocio, además de los discursos machistas que culpabilizan a las víctimas de femicidio. “Buscamos dar un pinchazo para despertar del sopor en el que te mete el discurso publicitario, que muestra un mensaje libre de conflictos”, destacó en diálogo con PáginaI12 Daniela, integrante del Proyecto Squatters, una iniciativa con fuerte impronta educativa y una mirada crítica y política sobre la publicidad.
En el aviso gráfico de una empresa prepaga se ve a una mujer con un bebé en sus brazos en una escena que refiere a una consulta médica con la pediatra de su hijo. “45 años cuidando generaciones”, dice la publicidad. Después de pasar por las manos de Proyecto Squatters y NiUnaMenos el mensaje es otro, bien distinto, aunque la foto sea la misma. Se ve un globito de diálogo sobre la mamá, que dice: “El papá no puede venir…”. El slogan tampoco es igual. Ahora se lee: “Te esperan 45 años cuidando a la familia” y se agrega uno de los motivos de la convocatoria a la histórica huelga de mujeres, que enlazará a más de treinta países en el mundo: #Para que las tareas de cuidado sean una responsabilidad compartida.
La pieza es una de las seis publicidades que empezaron a replicarse ayer en redes sociales camino al 8M (ver fotos aparte). “Uno de los objetivos que nos propusieron desde el Colectivo Ni Una Menos fue visibilizar el trabajo no remunerado, que le toca a la mujer mayoritariamente, le guste o no”, explicó Daniela. Como los demás miembros de Proyecto Squatters prefieren usar sus nombres de pila, sin develar sus apellidos. La mayoría son mujeres, pero uno de sus ideólogos es Julián, quien trabajó tiempo atrás en el mundo publicitario y que luego conoció los movimientos de contrapublicidad en Europa. En 2008, de regreso al país, armó Proyecto Squatters, al no encontrar espacios de activismo de esas características en el país. El tema de género los convoca. En febrero varios “squatters” estuvieron en Mar del Plata, en el Faro de la Memoria, para dar un taller sobre publicidad y género en el que participaron compañeros y compañeras de Lucía Pérez, la joven violada, drogada y empalada en esa ciudad el año pasado, cuyo brutal femicidio derivó en la convocatoria del primer paro nacional de mujeres el 19 de octubre. También hicieron acciones en la Marcha de las Putas, en Buenos Aires.
“Hay un acoso publicitario que está invisibilizado y trasmite mensaje constantemente a las mujeres, cómo tenemos que estar vestidas, cómo tenemos que ser, cómo tenemos que responder, nos bombardean con convenciones sociales que se van incorporando sobre todos”, señaló Analía. Es docente especializada en educación sexual integral. Hace varios años forma parte del Proyecto Squatters y también trabajó en la campaña para el Paro internacional de mujeres. Una de las publicidades que intervinieron muestra a tres “super modelos”, la brasileña Isabell Fontana, de 33 años, la rusa Natasha Poly, de 31 y la alemana Tatijana Patitz, de 50. “¿No sabés que anti-arrugas usar a tu edad?”, dice la pieza gráfica. La pregunta desaparece en la publicidad intervenida. Ya no habla de la tiranía de la belleza. Ahora destaca la palabra “Sororidad”, tan propia de los feminismos, que deriva de la hermandad entre mujeres. Otras de las publicidades son de Falabella, champagne Chandon, ropa interior femenina y electrodomésticos para la cocina.