En el marco de una crisis económica que derivó en la vuelta de los problemas de alimentación en distintas regiones del país, la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) retomó el desarrollo de la “Supersopa”. El programa tuvo su origen en 2002, con el objetivo de atacar la malnutrición de los sectores más desfavorecidos.
En realidad, la idea surgió en la década del 90, en el Instituto Mauá de Tecnología en el Estado de Paraná, Brasil. En septiembre de 2002, la UNQ recibió el equipamiento en desuso adquirido por el Mercado Central de Buenos Aires en 1996, con el fin de utilizarlo en la elaboración de alimentos para fines sociales y para capacitar a sus alumnos, principalmente de la carrera de Ingeniería en Alimentos.
Así fue cómo se construyó la planta en la sede de Bernal y se empezaron a producir alimentos enlatados concentrados, bajo estrictos controles de calidad y bajo costo. De esta manera, los estudiantes se forman con tareas productivas relacionadas a su profesión futura.
¿De qué se compone la “Supersopa? Está elaborada sobre la base de hortalizas, carne vacuna como fuente de proteínas, aporte calórico en la forma de materias grasas y arroz.
Volver al pasado
De la mano de la recuperación económica lograda con los gobiernos kirchneristas, la producción pasó a ser de corte netamente académica. Es decir, se abría la planta dos veces al año específicamente para el desarrollo de las prácticas de los alumnos. Sin embargo, el estallido de la última crisis cambió el rumbo.
En diálogo con Página 12, la directora del Departamento de Ciencia y Tecnología de la UNQ, Alejandra Zinni, aseguró: “En el último período nos llamaron curas, escuelas, organismos sociales y cambiamos el esquema. Este año llevamos más de 10.000 latas producidas”.
Respecto a cómo se organiza el abastecimiento, Zinni explicó que desde la casa de estudios llegan al conurbano bonaerense, distintos municipios de la provincia y también a Chaco y San Luis. Aun así, la docente aclaró: “El fuerte es la zona de influencia de la universidad”.
“La actividad todavía sigue siendo académica, pero la tuvimos que expandir a otras carreras, como Ingeniería Industrial- para la prevención de los equipos-, y el departamento de Economía y Administración, para que nos asesoren en comunicación del proyecto”, detalló Zinni.
La “Supersopa” se transfiere al costo a aquellos comedores que reciban subsidios del Estado u otras entidades públicas o privadas. Para aquellos que no reciben ayuda económica, se ideó el sistema de donaciones particulares a través del padrinazgo, y la ayuda del sector público o privado, dispuesto a colaborar mediante aportes voluntarios.
De acuerdo a un relevamiento realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina, uno de cada tres niños del conurbano sufre problemas para acceder al agua potable y una alimentación que brinde los nutrientes indispensables para el desarrollo.