Las autoridades de la Task Force Argentina, el grupo de lobby financiado por la banca italiana en nombre de los bonistas de ese país que rechazaron ingresar a los canjes de deuda, anunciaron ayer su disolución definitiva. Los acreedores litigantes encabezados por Nicola Stock fueron los primeros en alcanzar un acuerdo con el gobierno de Mauricio Macri. A diferencia de los buitres tradicionales como NML Capital, TFA inició un reclamo en el Ciadi del Banco Mundial. El mix de títulos públicos en poder de esos acreedores carroñeros alcanzaba un valor nominal cercano a los 900 millones de dólares. El acuerdo implicó entregarles 1,5 dólares por cada dólar de valor nominal de los bonos en su poder contra los 30 centavos que recibieron quienes entraron al canje.