El Alberto Fernández gorrita --y nada menos que viralizado en sus redes-- es una reivindicación del Braian gorrita que fue hostilizado en las redes cuando trascendió una foto suya como presidente de mesa en las elecciones. Pero la foto de Fernández con la gorra de Braian al revés podría indicar algo más. Podría ser el camino de la reconciliación del poder político con los distritos más vulnerados del Conurbano. Una reconciliación que, sin duda, solo podría concretarse por la reparación de derechos.

Brian Gallo es de Moreno. Vive en uno de los barrios más abandonados, Cuartel Quinto. En el Moreno castigado queda la escuela 49 donde el 2 de agosto de 2018 murieron por una explosión la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez. Los dos llegaron temprano para preparar el desayuno de los chicos, algo que no estaban obligados a realizar pero querían hacer. Un escape de gas por la mala instalación los revoleó por el aire y los mató.

El proceso penal comenzó entonces. Todavía sigue, al parecer sin demasiado entusiasmo de la Justicia por escalar en la cadena de culpabilidades. Pero más allá del Código Penal, en términos de responsabilidad primaria ya está establecido que el jefe del área educativa, Gabriel Sánchez Zinny, no solo estaba al tanto de la desidia en los arreglos sino que actuó directamente. A un interventor designado por él en el consejo escolar le correspondía arreglar los desastres del gas en las escuelas de Moreno. También la gobernadora lo sabía, porque el Suteba, el Sindicado Unificado de Trabajadores de la Educación que dirigen Roberto Baradel a nivel provincial y Mariana Cattáneo en Moreno, le había presentado varias notas sobre las deficiencias de infraestructura.

A las muertes por desidia se sumó la insensibilidad de Vidal, que nunca siquiera llamó a Maxi, compañero de Sandra, y a Mabel, compañera de Rubén. ¿Cuántos votos le habrá costado a Vidal la desidia? ¿Cuántos la castigaron por la falta de empatía con una tragedia humana? ¿Cuántos votos habrá perdido en Moreno por la certeza de los pibes gorrita de que son víctimas primero de la marginación, en segundo lugar víctimas de la insensibilidad y, en una tercera vuelta del torniquete, víctimas de la sospecha pública porque usan la visera, no entran en la antigua castegoría caucásica y son jóvenes?

El encuentro de Fernández y Braian no fue casual. Tal como saben los lectores de Página/12 otra Fernández, Mariel, la intendenta electa de Moreno, denunció la hostilidad contra el joven de 22 años en las redes. “Su abuela Coty es mi madrina”, contó Mariel. “Su madre Verónica es ahijada de la mía y además es mi amiga de la infancia.” Agregó: “Sepan todos y todas que yo también soy Braian. Y que en mi juventud junto con otros jóvenes decidimos armar centros culturales para hablar de nuestra cultura, para amarla y respetarla. Braian se animó a ser presidente de mesa, cuando otros ni se presentan porque no quieren o se asustan.”

En Moreno viven más de 500 mil personas. Un 6 por ciento de la población no asiste a la escuela. Un cuarto de la franja de niños, niñas y adolescentes sufre necesidades básicas insatisfechas. En Moreno solo hay un hospital. Solo hay una maternidad.

Si el gesto del Presidente electo fuera aislado, igual valdría. La lectura es que los Braian podrán sentirse protegidos en el futuro. Pero no fue aislado. Surgió de una trama social muy sólida. Mariel Fernández pertenece al Movimiento Evita. Su compañero es Esteban “El Gringo” Castro, secretario de la CTEP, la Confederación de Trabajadores de Economía Popular. Mariel le ganó en las PASO al actual intendente, el también peronista Walter Festa, porque articuló un armado político superador y resultó creíble. El domingo 27 orilló el 60 por ciento de los votos, en una victoria nítida sobre Juntos por el Cambio. La muerte de Sandra y Rubén había generado una pueblada que reunió a los sindicatos docentes, los gremios de Moreno, los movimientos sociales y las pymes.

Con esa realidad, pobre pero organizada, sintonizó la foto.

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