California continúa en alerta roja por los fuertes vientos de hasta 112 kilómetros por hora, conocidos como vientos del Diablo, que amenazaban este miércoles con empeorar los incendios que azotan el estado y que mantienen a cientos de miles de evacuados. Los expertos del Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos dicen que no recordaban haber visto una previsión así. Por eso decidieron darle todo el dramatismo posible y el martes por la noche lanzaron una “alerta roja extrema”, una expresión que no se había utilizado antes, por peligro de incendios en el sur de California. A partir de medianoche, vientos huracanados empezaron a barrer la región, de forma que la más mínima chispa podía provocar una catástrofe. Por la mañana, la pesadilla era real. Un pequeño fuego al norte de la ciudad que empezó a las 6 de la mañana había crecido hasta las 500 hectáreas a las 9:30. A esa hora el fuego rodeaba la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan y amenazaba 6.500 casas.
El área metropolitana de Los Ángeles está bajo alerta por vientos, considerados como los más fuertes de los últimos años, que golpean la zona con ráfagas de hasta 130 kilómetros por hora. En tanto, los equipos de emergencia respondieron a dos focos de incendios que se extendieron rápidamente en el área de Simmi Valley, cerca a la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan.
Las llamas, que ya quemaron más de 161 hectáreas, obligando a la evacuación de cientos de residentes de esa zona y de los trabajadores de la biblioteca, considerada un tesoro cultural de la región y donde descansan los restos del ex presidente Ronald Reagan (1981-1989) y de su esposa Nancy.
Los fuertes vientos también mantienen a cientos de bomberos apagando las brasas del bautizado como incendio Getty para que no se extiendan por una zona exclusiva de Los Angeles.
Cerca de 10.000 residentes del distrito de Brentwood, entre los que se encuentran varios artistas y deportistas famosos, como el actor y ex gobernador Arnold Schwarzenegger y el basquetbolista LeBron James, llevan tres días evacuados ante el peligro de que el viento aliente las llamas del fuego iniciado muy cerca del Museo Getty, la madrugada del lunes pasado.
Mientras se mantiene la alerta roja por los vientos, los bomberos lograron contener en un 30% el llamado incendio Kincade, que ya quemó 31.000 hectáreas y mantiene a cerca de 200.000 personas alojadas en refugios, ya que amenazaba miles de casas en la ciudad de Santa Rosa, a 90 kilómetros al norte de San Francisco. Se trata de la misma zona donde murieron 23 personas por un incendio similar en 2017, lo que era un factor de preocupación añadido para las autoridades. El miércoles, los bomberos habían conseguido controlarlo al 30% después de arrasar 31.000 hectáreas en una semana.
Por otra parte, la compañía Pacific Gas & Electric (PG&E) anunció que reducirá el número de usuarios afectados por los apagones programados, que mantenían a cerca de 1,8 millones de personas sin energía y a oscuras en el norte californiano. El corte de electricidad se programó para evitar que una eventual caída de postes provocada por los fuertes vientos produjese chispas que podrían detivar en nuevos focos de incendios.
Tanto este incendio como el del interior de Los Ángeles están siendo investigados. Pero PG&E ya comunicó al regulador que uno de sus cables de alta tensión registró un problema en la zona y a la hora donde comenzó el incendio Kincade. El martes, trascendieron en redes sociales imágenes grabadas desde una autopista que muestran el momento en que se inició el incendio Getty, aparentementepor un árbol que cayó sobre unos cables de la luz.