Con una manifestación que implicó el cierre de las puertas de ingreso al Cementerio Municipal San Antonio de Padua los trabajadores consiguieron ayer que la Municipalidad de Salta remueva a la encargada de seguridad, Marta Arias, a la que venían denunciando por “persecución y agresión”. 

Cerca del mediodía, el director de Cementerios de la Municipalidad de Salta, Jorge Bouhid, decidió removerla de sus funciones y reubicarla en su puesto anterior.

“Se presentó el director de los Cementerios y propuso el diálogo”, dijo a Salta/12 el trabajador de administración Juan Gumera. “Hubo cruces entre los operarios y la denunciada”, relató. Tras escuchar a las partes, Bouhid tomó la decisión de remover a Arias del puesto de jefa de seguridad en el que venía desempeñándose hace más de dos años y medio. 

Los trabajadores manifestaron que existió abuso de poder por parte de la encargada en reiteradas oportunidades. “Ella hace abuso de ese poder mediante el cual controla a los operarios siendo que ella es una más”, dijo Gumera.

Dijeron que Arias realizaba informes que perjudicaban a los demás empleados. “Esos informes decían que los operarios no estaban trabajando, que se quedaban después de hora, que se robaban cosas del cementerio, que tomaban (bebidas alcohólicas)”, indicó Gumera. 

Los empleados pusieron de relieve que Arias no realizó presentaciones legales y formales en ninguna instancia, “si ella tiene pruebas, que las muestre y denuncie legalmente”, desafiaron.

Desde las 7 de la mañana de ayer, los trabajadores junto a la Asociación de Trabajadores Municipales de la Provincia de Salta (ATMPS) se declararon en “estado de alerta y asamblea permanente”. Decidieron cerrar los portones del cementerio para la atención al público, dejando solamente habilitada la atención a los servicios programados para el día.

Luego que el director comunicó la decisión, los trabajadores levantaron la medida de fuerza pasado el mediodía.

Arias deberá volver a las funciones de operaria, es decir, al trabajo de limpieza, atención de las galerías y “todo lo que implica el mantenimiento del cementerio”, explicó Gumera. La trabajadora no hizo pública su versión de los hechos.

En el San Antonio de Padua trabajan 49 empleados, que mayormente cumple tareas de operario. “En la asamblea había más de la mitad, porque algunos iban al turno de la tarde”, concluyó.