Luego de asegurar que no impulsaría ninguna acción de repudio para "evitar magnificar" la situación, el canciller argentino Jorge Faurie envió al embajador brasileño en la Argentina, Sergio Danese, una carta a título “personal” en la que cuestionó las declaraciones formuladas por Jair Bolsonaro sobre Alberto Fernández. La sucesión de comentarios despectivos realizados por el presidente brasileño, su hijo y su jefe de la diplomacia, pusieron a la cancillería en un lugar incómodo, obligándola a algún tipo de respuesta formal.
El primer conflicto lo protagonizó el mismo Bolsonaro, quien, durante una gira por Arabia Saudita, lamentó el resultado de las elecciones del domingo, declaró que "Argentina eligió mal" y se negó a felicitar a Fernández por su triunfo. El mismo día, el canciller brasileño, Ernesto Araújo, declaró que "las fuerzas del mal están celebrando" la victoria de Fernández, y sostuvo que " las fuerzas de la democracia están lamentándose por Argentina".
Como si estas declaraciones no fueran suficientes, se sumó a la polémica el hijo de presidente, el diputado Eduardo Bolsonaro, quien salió a atacar en Twitter al hijo del presidente electo, Estanislao Fernández. El martes, el hijo de Bolsonaro compartió en las redes sociales un posteo despectivo con la foto de Estanislao dragueado . "Esto no es un meme", agregó Bolsonaro Jr.
Ante esta esta escalada de comentarios, Faurie reaccionó inicialmente negándose a realizar "acciones de repudio" bajo el argumento de que sólo contribuirían a "construir una división mayor". "Este tipo de cuestiones hay que evitar magnificarlas", sostuvo el canciller argentino en diálogo con Radio La Red, y remarcó que "lo importante es que se construya un canal de diálogo porque la Argentina y Brasil son socios estratégicos". Si bien reconoció que no era "protocolarmente lo correcto", el canciller argentino afirmó que "no es confrontando o marcando las diferencias que vamos a lograr esta vinculación tan importante para nosotros".
Por el contrario, la ex canciller Susana Malcorra -quien fue reemplazada por Faurie en el 2017- salió a criticar públicamente los comentarios del hijo de Bolsonaro en sus redes sociales. "Quienes representan a los ciudadanos y ocupan (u ocuparon) posiciones de responsabilidad tenemos la obligación de liderar con el ejemplo. La aceptación del otro, el reconocimiento de la diversidad en nuestras sociedad es y el respeto no pueden (ni deben) despreciarse tanto", escribió en Twitter.
Unas horas luego, durante una conferencia de prensa después de la reunión de Gabinete que encabezó Mauricio Macri en la Casa Rosada, Faurie confirmó que le había enviado "a título personal" una carta al embajador de Brasil, Sérgio Danese, en donde le habría hablado de "la conveniencia de que ciertas frases se manejen con mayor prudencia". Luego de aclarar que existían numerosos canales diplomáticos disponibles para aclarar los dichos de la administración de Bolsonaro, Faurie sostuvo que "no podemos quedar reducidos a pequeñas frases a veces inapropiadas".
Durante la campaña, una de los primeros viajes que realizó Alberto Fernández fue a la cárcel de Curitiba a visitar al ex presidente Lula Da Silva. A su vez, el día de las elecciones, el presidente electo no sólo se sacó varias fotos haciendo la señal de la "L", el símbolo de "Lula Livre", sino que, durante su discurso de victoria, aprovechó para saludar a Lula por su cumpleaños y volvió a pedir por su liberación. Este tipo de gestos causaron un fuerte rechazo en el gobierno de Bolsonaro.
Estanislao Fernández saldó la cuestión con un mensaje en Twitter : "Recuerden que el amor siempre vence al odio".