Cerré el libro Santiago Maldonado, un crimen de Estado (Acercándonos, 2018) diciendo que de no mediar otra "Justicia" –que siente en el banquillo de les acusades a Patricia Bullrich, Gonzalo Cané, Pablo Noceti y gendarmes-, la mirada de Santiago sería su condena. Esta causa es un enorme rompecabezas y una de sus piezas centrales está vinculada con el encubrimiento. El trabajo periodístico para juntar cada una de esas piezas no se acaba en una nota o un libro. Así fue como empecé a prestarle atención a una causa abierta en Chile contra la conducción de Carabineros por haber fraguado pruebas contra los mapuches de ese país.
Sabía que en el marco de la llamada “Operación Huracán” y “Operación Andes”, Bullrich había pretendido instalar la idea de un supuesto tráfico de armas ilegal entre las comunidades de ambos países. Sin embargo, la información daba cuenta de algo mucho más grave y complejo: la ministra había montado un esquema de espionaje ilegal con dos funcionarios de la Gendarmería, Rafael Benz y Jorge Domínguez, quienes bajo sus órdenes viajaron a Esquel y Temuco, para entorpecer la investigación penal que debía investigar, justamente, a la propia GNA.
Luego de un intercambio con abogados y colegas del país vecino accedí a mensajes de chat entre GNA y Carabineros, documentos secretos, fotos y audios –material incluido en la causa penal que tramita en Chile- que redimensionaron todo lo que había escrito hasta el momento. Por fuera de todo control judicial, Bullrich avaló que la Gendarmería considerase a Maldonado y toda su familia como un “blanco de investigación”. Incluso usaron la palabra “subversivos” para describir los “blancos a investigar” en el marco del Caso Maldonado.
Bullrich mintió desde el minuto cero. Su estrategia fue vincular al Brujo con la inexistente RAM y luego criminalizar a la comunidad mapuche. Poder brindar testimonio en el marco de la denuncia formulada por la APDH –sobre un plan sistemático contra las comunidades mapuches- también constituye un paso clave para aunar las piezas de este enorme rompecabezas que Cambiemos se empeñó en mantener en la clandestinidad de la impunidad.