Mientras se ponen en marcha los preparativos para celebrar los 30 años de la caída del muro de Berlín, una ciudad al este de Alemania acaba de declarar la “emergencia nazi” ante el avance de la extrema derecha. Dresde, capital de Sajonia, aprobó una resolución por la proliferación de “ideas y acciones antidemocráticas, antipluralistas, misántropas”. El partido de la canciller Ángela Merkel, Unión Cristianodemócrata, cuestionó la iniciativa, que calificó de “mera política de símbolos”.
Los representantes de la ciudad, bastión de la extrema derecha y cuna del movimiento antiislámico "Pegida” ", reconocieron con 39 votos a favor y 29 en contra que tienen un serio problema con el extremismo ultraderechista. "La sociedad democrática abierta está amenazada", señaló a la BBC el concejal local Max Aschenbach, quien presentó la moción, que contó con el apoyo contó con el apoyo de todos los partidos, salvo Alternativa para Alemania (AfD) y la CDU.
El objetivo de la iniciativa, de acuerdo al concejal del partido de izquierdas Die Partei, es que la ciudad ayude a las víctimas de la violencia de extrema derecha, proteja a las minorías y fortalezca la democracia. Es la primera vez que una ciudad alemana declara la emergencia nazi, aunque desde principios del siglo XX, Sajonia fue sede del resurgimiento de grupos de extrema derecha.
La resolución llama además a poner el foco "en las causas y consecuencias del antisemitismo, racismo y la extrema derecha, y destaca la importancia de restaurar la confianza en las instituciones democráticas, la defensa de la diversidad y la solidaridad".
Dresde, cuna del extremismo ultraderechista
Dresde fue víctima en febrero de 1945 de uno de los bombardeos más mortíferos de la Segunda Guerra Mundial, en el que murieron entre 20.000 y 45.000 personas. En 2014, el surgimiento de Pegida, volvió a darle visibilidad.
El grupo, por sus siglas Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente se opone a la inmigración musulmana y se erige contra un supuesto proceso de “islamización” en el país. En 2015, el fundador de Pegida renunció a su cargo por haberse disfrazado de Adolf Hitler pero luego volvieron a aceptarlo.
En palabras de Max Aschenbach, líder de El Partido, precursor de la resolución, "la lucha contra la extrema derecha comienza en el momento en el que las autoridades reconocen que hay un problema. Y Dresde tiene un problema con los nazis".