Abrir la cabeza, meter otras cabezas adentro, para entender mejor lo que se juega en la lucha, así lo vienen haciendo las mujeres desde el primer Encuentro, el de 1986. En las crónicas que la relatan, pese a las notas de color adosadas, salta una característica sobresaliente: la manifestación creciente de las mujeres en la calle. Esta vez se dio como nunca, en el número 34 del Encuentro de mujeres en La Plata, más de 200.000 argentinas autoconvocadas. Un intercambio de ideas donde se afiló la inteligencia para avanzar y contrarrestar lo que viene a contramano. En una sociedad patriarcal no sólo hay hombres refractarios, también hay mujeres que se resisten, no a ganar la calle, no a la movilización de sus congéneres, no a querer correr estructuras aunque traben las conquistas de nuevos derechos.

Hay miedo si el libreto que rige la vida pierde vigencia, y amenaza el peligro de que surja otro nuevo; da seguridad pensar la vida sin alejarse de lo establecido. Hijas, madres, abuelas, no quieren oír el motor de los cambios, el de las feministas que se plantan frente a las imposiciones y se niegan a caminar con las piernas rígidas de un robot que conoce de memoria el paso siguiente.

En el Encuentro 34 las mujeres, sumergidas en la vida que progresa, confrontan, quieren dirimir, actuar en el campo de lo público. Las mujeres que reclaman hoy en la calle distan años luz de las mujeres que hace menos de un siglo no votaban. La acción de Eva Perón fue determinante, organizó más de 4.000 centros cívicos femeninos para buscar a las mujeres casa por casa, una por una, los hombres tenían prohibido el acceso a los centros. Promulgada la ley 13.010, en 1947, las mujeres recién estrenaron las urnas cuatro años después.

Las insurgencias no caen bien, tropezar con un rechazo o un cuestionamiento cada vez que salen a la calle no sorprende a las mujeres. Rebelarse, terminar la relación con un hombre violento puede costarle la vida, morir víctima de la violencia de su pareja o de un violador es corriente, mueren cada vez más, cuatro durante un fin de semana: Navila Garay de 15 años, Vanesa Caro de 38, Cecilia Burgat de 42, Cielo López de 18. Algo falla en el engranaje social gravemente.

El Encuentro 34 amplió sus márgenes, fue un Encuentro plurinacional y de las disidencias: feministas, originarias, negras, afro, migrantes, piqueteras, laburantes, lesbianas, transexuales, travestis, bisexuales y no binaries, todo un universo que reveló la urgencia de los reclamos que lo atraviesan. Junto con el del aborto legal seguro y gratuito, el reclamo de la ESI en las escuelas, en todos los niveles. La Educación Sexual Integral: ESI. De Eso Se Habla, dice el slogan publicitario, pero todavía no se habla; hay horror y ruido ante la violencia mortal contra las mujeres, pero duran unos segundos y después se olvida .La ESI no se implementa en todos los niveles (necesaria también para padres y madres).

Poner el dedo en la llaga, en la parálisis y la falta de acción realmente efectiva contra el femicidio y el travesticidio. Hasta cuándo se seguirá siendo testigo de piedra de un estado que no desarrolla una política realmente útil que ataque directamente las causas de la tragedia. El Encuentro 34 pidió la ESI. Primero implementar la ESI. Primero la formación de docentes, el adiestramiento en sexualidad y en derechos para impulsar el crecimiento colectivo. "En Argentina tenemos 5000 partos por año de niñas entre los nueve y los quince años. El suicidio adolescente ha crecido un 30% en los últimos diez años. En primer lugar por bullying, en segundo lugar por la angustia producida por el rechazo a la orientación sexual, y la falta de contención. Solo en Resistencia, Chaco, el Hospital Pediátrico ha atendido casi 200 casos de Abuso Sexual en la infancia, perpetrados contra niños y niñas entre 1 y 13 años de edad… A nuestros adolescentes les pegan por gordos, por gordas, por putos, por lesbianas, por disidentes y por pobres", escribió Cecilia Solá, docente, escritora y activista de Ni Una Menos, Resistencia, Chaco. Un avance: Diputados aprobó la Ley Micaela que establece la capacitación en género para todas las personas que integran los tres poderes del Estado. .

El Encuentro 34, con tantos y tan distintos colectivos, con los reclamos de todes, un enorme colectivo general que salió a la calle para denunciar el abuso y la violencia en todos sus tipos y grados, tanto en las relaciones familiares como en las sociales, reclamos que se fundieron en una sola enorme cabeza que marchó por las calles de La Plata. Una cabeza gigante, masticó todas las ideas, marchó a contrapelo de lo impuesto, del autoritarismo y de la vieja omnipotencia que todavía se apoya en la dominación del patriarca.

 

Una cabeza en expansión, que cruza los límites y va de un punto a otro del planeta, nace dentro de un modelo de sociedad mezquina en derechos, nace para desafiarla. Una cabeza que tira de las cuerdas que la amarran, que agudiza el pensamiento político, se saca, se alza a respirar otro aire, el viento de las ideas que revolucionan, una cabezona, una cabezuda que en el carnaval se desplaza en medio del bochinche y los fuegos artificiales, cabeza dura medita a lo grande sobre lo que borbota debajo, sobre el magma, las fumarolas humeantes, echando humo como si fumara, ¿cómo fumarse este mundo?