Desde México
En un domingo relajado en la ciudad de México, Alberto Fernández visitó por la mañana la monumental Basílica de la Virgen de Guadalupe y por la noche cenó con el músico uruguayo Jorge Drexler, un amigo con quien nuevamente coincide durante un viaje. Fue el último día de relativa tranquilidad, porque este lunes comenzará a cumplir con su agenda de compromisos que arranca con el encuentro que mantendrá a las 11 en el Palacio Nacional con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Claro que, más allá de los paseos y las guitarreadas, las preocupaciones de Fernández siguen centradas en los problemas económicos que marcarán el inicio de su gestión. En su entorno remarcaron que piensa en medidas para reactivar el consumo y ponerle plata en el bolsillo a la gente, tal como repitió en cada acto de campaña, pero que no está en estudio ningún megaplan, como trascendió. Por otro lado, confirmaron que el jueves mantuvo un encuentro con el ex ministro Roberto Lavagna para charlar sobre la situación económica, aunque le restan chances de que pueda integrarse al gabinete.
La reunión con López Obrador viene siendo conversada desde la campaña. Alberto Fernández la piensa en el marco del rearmado de un esquema de alianzas progresistas en la región. Pero, además, hay cuestiones de la agenda bilateral que se fueron agregando en las últimas horas que también van a formar parte de la conversación. Hay un ánimo común de profundizar los vínculos comerciales, algo muchas veces planteado pero nunca concretado entre los diferentes gobiernos.
La continuidad de las inversiones de las empresas mexicanas en el país será otro ítem. Fernández se reunirá por la tarde con el millonario Carlos Slim y unas horas después con diez empresarios top con inversiones en Argentina que quieren saber de los planes del presidente electo. Para estas reuniones Fernández trajo a Cecilia Todesca y ayer por la tarde llegó Matías Kulfas. Son sus más claros referentes en el área económica y casi seguro integrantes del futuro gabinete. “Si están acá es por algo”, se limitan a decir en el entorno de Fernández, quien no quiere confirmar nada acerca de sus futuros colaboradores pero da pistas claras a partir de quiénes son sus habituales acompañantes.
Respecto a este punto, quiénes serán los que manejarán la economía en este momento tan crítico, en el entorno de Fernández confirmaron una charla con Lavagna del jueves pasado, algo que conoció durante el fin de semana. Fernández y Lavagna mantuvieron una relación con vaivenes en los últimos tiempos. Luego de su triunfo en las PASO, Alberto Fernández lo elogió públicamente y hasta dijo que a cualquier presidente le gustaría tener un ministro de su calibre en el gabinete. Pero Lavagna le hizo saber a través de un amigo común que esos comentarios le bajaban el precio a su candidatura presidencial. Fernández, que creía que en verdad hacía lo opuesto, se enojó y entonces le cerró la puerta a un eventual llegada de Lavagna a su gestión. Pero después el enojo fue cediendo y ambos mostraron una buena comunicación durante los dos debates.
Fernández dice compartir con Lavagna un visión igual de crítica acerca de lo que fue la administración Macri. Por eso, quiso ir a verlo a su casa para conocer su diagnóstico de la situación y de lo que debería hacer la nueva gestión. Sin embargo, cerca de Fernández descreen que Lavagna ocupe algún ministerio, a sabiendas de lo difícil que resultaría compartir el día a día. Además, desde el sector de Lavagna aseguran que no volvería a Economía como ya hizo en el gobierno de Néstor Kirchner. En definitiva, seguramente tendrá algún lugar de consulta en la próxima gestión, pero casi seguro no un ministerio.
Además de Kulfas y de Todesca, en el entorno de Fernández ponderaron las condiciones de Guillermo Nielsen para cuestiones tan delicadas como la renegociación de la deuda, un tema clave para el arranque del próximo gobierno. Con Martín Redrado no conversó, pero no lo descarta para algún cargo económico. El plan es que durante los primeros cien días de gobierno la gente reciba buenas noticias y el esperado alivio en el bolsillo, todo enmarcado en un acuerdo económico y social que impida que suban los precios. De hecho, el tema tarifario, que ahora vuelve otra vez al tapete, es uno de las cuestiones que quieren revisar.
Pero todo eso quedará para la vuelta. Hoy será el día de la reunión esperada con AMLO, a quien imagina como un aliado importante por el carácter de potencia continental de México y por una visión compartida sobre hacia dónde debe marchar la región, una visión compartida que existió hasta hace no mucho, hasta que llegaron los gobiernos de derecha y volvieron todo para atrás.