Por más que ya fue reconfirmada en dos oportunidades, la sede de la final de la Copa Libertadores volvió a quedar en duda este lunes, y cada vez suena con más fuerza un cambio de país.
Al mediodía, la Confederación Sudamericana de Fútbol citó a los dirigentes de River y Flamengo a una reunión para el martes, en la que se resolverán cuestiones organizativas, que tienen que ver con la necesidad de definir si el partido se mantendrá en Chile como está pautado o se busca un estadio alternativo ante los conflictos sociales que se viven el país trasandino. Al encuentro, en principio pautado para las 14.30 del martes, también fueron invitados los presidentes de las tres asociaciones nacionales involucradas, Argentina, Brasil y Chile.
"Conmebol ha invitado a los presidentes de los clubes finalistas de la Libertadores, a los presidentes de las asociaciones de Argentina, Brasil y Chile, a una reunión el martes 5 de noviembre, con el objetivo de revisar todos los aspectos de la organización de la Final Única", publicó el organismo en su cuenta de Twitter.
Si bien la semana pasada el Gobierno chileno ratificó su intención de garantizar la seguridad para que el partido se juegue, la continuidad de las protestas y las manifestaciones populares complican la decisión de la Conmebol, que quisiera mantener la sede, pero a la vez sabe que sería muy peligroso disputar el encuentro bajo ese clima.
La última ratificación de la sede fue el 30 de octubre, por parte de Cecilia Pérez, ministra de Deportes de Chile, quien afirmó: "Se va a realizar ese día. Tenemos toda la confianza del presidente de la Conmebol (Alejandro Domínguez) y le transmití a él la de nuestro presidente".
Para colmo, en las redes sociales comenzó a agitarse la organización de una supuesta marcha prevista el mismo día de la final, con el objetivo de captar la atención de la prensa internacional, lo que sumaría un nuevo foco de conflicto.
El sábado, el entrenador de River, Marcelo Gallardo, había dejado en claro su intranquilidad por el clima que se está viviendo en Chile, con constantes protestas sociales contra las políticas implementadas por el Gobierno de Sebastián Piñera. "Me preocupa la situación del pueblo chileno. Nuestro partido pasa a segundo plano. Esperemos tener mayores precisiones sobre la sede, pero hay cosas más importantes y delicadas", expresó el técnico argentino.
En caso de que Santiago de Chile sea desestimada como sede para la vuelta de un partido único en la final, las alternativas que manejan los dirigentes de la Conmebol son el estadio "La Nueva Olla" de Asunción de Paraguay, escenario para la final de la Copa Sudamericana del próximo 9 de noviembre entre Colón de Santa Fe e Independiente del Valle de Ecuador, y la ciudad de Bogotá, en Colombia.