El libro Montoneros y Palestina, de la Revolución a la dictadura, del cientista político Pablo Robledo, nos habla de la insólita y extraordinaria relación que se generó entre dos organizaciones revolucionarias, las más grandes, mejor contactadas y organizadas de su época, debido a circunstancias excepcionales. Antes y después del golpe militar de 1976 miles de militantes montoneros se ven obligados a dejar el país corridos por las balas de la dictadura que los perseguía y mataba sin piedad. Pero la idea del cambio social por la que venían luchando con extrema convicción desde los inicios de esa década, hacía inadmisible la idea de abandonar la lucha y mucho menos desertar de la estructura que los amparaba en el exilio. Es así como deciden articular sus destinos a otra fuerza (la palestina) también perseguida por un ejército muy superior que ocupó su país luego de la Segunda Guerra Mundial, con el objetivo de volver a la Argentina y continuar la resistencia.

Es El Líbano el lugar de este encuentro donde el ejército montonero, lejos de encontrarse desahuciado por vivir una cultura diferente, se integra, entrena y comparte experiencias de combate (pasivo) y muchas otras junto a los distintos grupos que componían la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). El internacionalismo revolucionario en acción. Es en ese país y también en Siria, además de otras largas docenas de ciudades y países testigos de la política internacional montonera, donde se unen destinos que a priori jamás se hubieran siquiera rozado, para asistirse de manera recíproca y solidaria en el fortalecimiento mutuo. Los riesgos siguen siendo altísimos y la vida de estos hombres y mujeres argentinos depende muchas veces del azar de estar o no en el lugar donde bombardean y arrecian las tropas israelíes. Las balas vuelven a silbar cerca, pero son otras, las armas que las disparan, el ejército que las detona es otro. El objetivo, regresar para enfrentar a la dictadura militar en aras de ese cambio social, un concepto que se forjó en los '60, al calor de sucesos internacionales como la guerra de Vietnam y el Mayo francés, y de hechos locales como el Rosariazo y el Cordobazo, cuando se concibió la idea de que un mundo mejor era posible.

Montoneros y Palestina no está destinado a convertirse en un best-seller, nunca fue pensado para eso. Jamás su autor se hubiera permitido semejante sacrilegio con un tema de tamaña importancia. Esta obra está creada desde la necesidad de que exista un documento lo más completo y detallado posible de una parte de los sucesos y consecuencias de, tal vez, el período más trágico de nuestra historia y del que tan poco conocemos; para lo cual, su autor -utilizando multiplicidad de herramientas literarias, periodísticas e historiográficas- no escatimó esfuerzo ni dedicación en sus seiscientas páginas (en un principio eran ochocientas), donde no parece haber una palabra de más.

Se trata de un texto imprescindible para entender qué fue lo que llevó a una generación de jóvenes a dar la vida por una causa, sin importarles las consecuencias ni los peligros que se vieron obligados a enfrentar, una vez asumida la misma. Cuando en estos meses se llevan a cabo en el Tribunal Federal de San Martín el histórico juicio de lesa humanidad de la causa Contraofensiva Montonera, una operación íntimamente ligada a la relación con los palestinos; el libro de Robledo, anterior a dicho juicio, actúa también como documento invalorable para entender unos hechos que fueron desfigurados y demonizados por la historiografía y la prensa, tanto de la dictadura como de la democracia. Sirve, además, para intentar dar respuestas a las preguntas ineludibles que siempre rodearon las Contraofensivas montoneras de 1979-80: ¿Equivocaron la estrategia? ¿Fueron traicionados por los dirigentes? ¿Regresaron al país por su propia voluntad y acuerdo? ¿Sobrestimaron su relación de fuerzas con las de la dictadura militar?

Hoy, cuando es tan difícil siquiera elucubrar razón alguna para tomar una determinación tan crucial como la de poner la vida al servicio de un ideal, por más noble que se nos presente, la imagen de estos militantes suele aparecer asociada a un mesianismo, mezclada con ingenuidad y soberbia, temeridad, fundamentalismo o, en el mejor de los casos, de un idealismo absurdo. Pero ¿Cómo contenerse? ¿Cómo detener la lucha por un mundo nuevo cuando se ha dicho basta y echado a andar? ¿Era posible, entonces, abandonar la causa sin considerarlo y ser considerado un acto de cobardía inaceptable?

Montoneros y Palestina resulta asimismo un libro escrito desde las vísceras, desde el profundo deseo de haber querido estar allí para cambiar la historia o sucumbir en el intento.