La decisión de Miguel Lifschitz de postular al ex vicegobernador y diputado de la UCR, Jorge Henn, como defensor del Pueblo adjunto de Santa Fe indignó al equipo del gobernador electo Omar Perotti. Más, por el intento de maquillar el operativo con la postulación de un funcionario de la Defensoría del Pueblo, Gabriel Savino, como defensor adjunto de Rosario, propuesto por el jefe del bloque de senadores del PJ, Armando Traferri. "Es un despropósito", reprochó el interbloque de diputados del PJ. "Una barbaridad", "una falta total de ética política", agregó el ex presidente de la Cámara, Luis Rubeo. Y le pidió a los dos elegidos por Lifschitz que declinen los cargos.

El interbloque de diputados del PJ le pidió a Lifschitz que "se abstenga" de enviar los pliegos de Henn y Savino como defensores del Pueblo adjuntos y cubrir una vocalía en el directorio del Ente Regulador de Servicios Sanitarios (Enress), que preside -desde 2018- la abogada Anahí Rodríguez, ex asesora en la Legislatura de los diputados más cercanos al gobernador saliente. "Es un despropósito que a 35 días de terminar su mandato, Lifschiz designe personal en estas áreas, cuando la lógica indica que debería ser potestad del gobernador electo Omar Perotti", le plantearon.

El gobierno contestó que a Savino lo había propuesto Traferri, quien mencionó que tenía "el correspondiente aval" de sus colegas. Hasta el presidente de la UCR, Julián Galdeano, cuestionó las designaciones "a las apuradas". "Lo que corresponde" es que a los pliegos de los defensores del Pueblo adjuntos de Santa Fe y Rosario "los envíe el gobernador electo" porque "van a tener mucho más legitimidad". Y si, a pesar de todo, Lifschitz avanzaba en los nombramientos que "no cuenten" con su voto en la Asamblea Legislativa.

Rubeo se sorprendió con la decisión de Lifschitz de proponer "a Henn como defensor adjunto de la zona norte. Espero que por pudor el ex vicegobernador, renuncie a dicha postulación", lo desafió. "Esto es una barbaridad", dijo Rubeo. "Hace más de dos años y medio que estos cargos tan importantes de defensores del Pueblo adjuntos de Rosario y Santa Fe están vacantes y a días de terminar su mandato, Lifschitz decida cubrirlos, es una falta total de ética política.

"En esta etapa tan particular que vivimos en Santa Fe, entre el gobierno que se va y del que viene, son cosas que no deberían estar sujetas a la decisión del gobernador saliente, más allá de que tenga facultades para hacerlo, pero políticamente me parece altamente improcedente".