Desde La Paz
“El golpe será mediático o no será”, podría parafrasearse acerca de lo que sucedió esta noche en una Bolivia en vilo porque Fernando Camacho, presidente del Comité Cívico pro Santa Cruz, había amenazado con el fin del plazo para que Evo Morales renunciará a la presidencia. Hasta de chiste de mal gusto podría calificarse a lo acontecido en el cabildo de Santa Cruz, si no fuera porque la violencia sigue al acecho y el país está paralizado por los bloqueos.
Un gran show se montó en el área del Cristo Redentor de la capital cruceña. Camacho describió como la “última posibilidad de salir por la ventana” del presidente Morales, a la carta que escribió a modo de renuncia presidencial y leyó a un público al que le aseguró que él entregaría personalmente en la ciudad de La Paz, donde viajará este martes por la tarde. “Estoy yendo con fe y esperanza, con una biblia en la mano derecha y una carta de denuncia en la mano izquierda. Dios vuelve a palacio en los próximos días, por ello me voy mañana por la tarde y tengo fe de que volveré a Santa Cruz con su renuncia firmada”, afirmó.
También dio por aprobada la continuidad y profundización del paro indefinido y propuso “a todos los dirigentes de Bolivia que aprueben esta carta para dejarla en una multitudinaria marcha desde El Alto hasta plaza Murillo, de donde no nos moveremos hasta obtener la firma de Evo Morales”. Pidió a sus seguidores que no bajen la guardia -“no nos olvidemos que Santa Cruz tiene que estar fuerte y tomar las calles”, dijo- y prometió que “dios me va a traer con la carta firmada y estaremos de rodillas para darle las gracias. Aguantemos pocos días más, este sacrificio va a valer la pena”.
A las 19 horas de hoy se cumplió el plazo de 48 horas exigido por los comités cívicos al mando del separatista Camacho para que Evo Morales renuncie a la presidencia. Fue una nueva jornada de convulsión, sobre todo en el oriente boliviano, con más bloqueos y atropellos contra la población que no se identifique con las consignas opositoras. En la ciudad de La Paz, un vasto operativo policial circunda la Casa Grande del Pueblo, donde cientos de integrantes de organizaciones sociales hacen guardia ante alarmas de choques provocados por grupos de universitarios cruceños. Justamente a la misma hora de los discursos en Santa Cruz, el presidente Morales se encontraba reunido con mujeres gremialistas que denunciaron agresiones en esa ciudad durante el paro del Comité Cívico.
Incidente aéreo y denuncias del gobierno
Pasado el mediodía de hoy, autoridades de la Fuerza Aérea Boliviana dieron cuenta que el helicóptero que trasladaba al presidente Morales desde el centro minero de Colquiri a la ciudad de Oruro, luego de inaugurar la carretera a Caracollo, sufrió un desperfecto del rotor de cola, una pequeña hélice de la parte trasera, lo cual obligó a un aterrizaje de emergencia.
Si bien los militares ya realizan las pericias pertinentes, el exministro de Gobierno y analista político, Hugo Moldiz, fue el primero en calificar al incidente como "atentado criminal". En su cuenta de Twitter, Moldiz recordó que "al expresidente Omar Torrijos le pasó lo mismo en Panamá y, años después, los documentos desclasificados de la CIA admitían que fue un atentado. Ahora quisieron hacer lo mismo con @evoespueblo".
Desde el gobierno continúan condenando cualquier tipo de acción relativa a lo que ya consideran “un golpe cívico empresarial” y contrario a la realización de la auditoría del escrutinio de las elecciones del 20 de octubre, cuyo triunfo en primera vuelta del Movimiento Al Socialismo provocó la desmedida reacción opositora que tiene en vilo al país. Hoy fue el ministro de Relaciones Exteriores, Diego Pary, quien desde Washington y en el marco del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos advirtió sobre el peligro que corre la democracia y apuntó a los cívicos.
"Convocamos a los pueblos libres, a los países democráticos para que nos acompañen en la defensa de nuestra democracia. Son claras las evidencias de que hay un golpe de estado en camino que pretende quebrantar la vida democrática de Bolivia, llevándonos al caos y al enfrentamiento entre bolivianas y bolivianos", señaló el canciller.
La aventura golpista de la oposición parece rearticularse exclusivamente en torno a los comités cívicos que han hecho público su malestar con Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, y se arrogan la representación de la voluntad popular emanada de los cabildos de cinco departamentos respecto a la exigencia de renuncia de Evo Morales, frente a quienes buscan que termine su mandato pero que antes se realicen nuevas elecciones.
Camacho condiciona
Camacho, titular del Comité Cívico pro Santa Cruz, es por estas horas quien aglutina a los sectores más reaccionarios de la oposición y el portavoz de los cívicos que, en abierto golpismo, extorsionan al gobierno boliviano. Luego de su amenaza del sábado para que Morales deje el poder en 48 horas, Camacho dijo el domingo en un acto entre partidario y religioso: "Nosotros vamos a sacarlo con la fe en Dios y con un pueblo movilizado en las calles sin una sola bala. Tiene todavía 21 horas para salir por la puerta, con dignidad, y no como salió otro presidente por la ventana".
Ya con el transcurrir del lunes, y en el inicio de la tercera semana de paro cívico en buena parte del país, Camacho insistió con sus amenazas y propuso que el presidente Morales sea reemplazado por una integrante del Tribunal Supremo de Justicia, María Cristina Díaz Sosa: "No pensamos irnos con las manos vacías, sino con la carta (de renuncia) de él (Morales) y de toda la sucesión constitucional. No queremos a García Linera ni a los presidentes del Senado y de Diputados. Queremos que asuma la decana de Tarija de la Corte Suprema, la única que no es masista". Sin embargo, en horas del mediodía se desdijo: "Sé que la sucesión presidencial, de acuerdo a la nueva Constitución, solo llega a diputados, pero el fin es que llamen a nuevas elecciones".
Camacho es un empresario cuya familia perdió negocios millonarios relativos a la producción de gas en Santa Cruz, cuando el gobierno de Evo Morales nacionalizó los recursos naturales. Está mencionado por dudosas vinculaciones en los 'Panamá Papers' y es uno de los mayores evasores de impuestos de Bolivia. Su ascenso como cívico ha ido acompañado de un férreo discurso contra Morales y el gobierno del MAS, además de amenazas racistas y de intolerancia. Cobró notoriedad durante los recientes incendios de la Chiquitanía, cuando propuso la expulsión de colonos de los bosques secos. Desde el 20 de octubre ha reasumido el rol de prender fuego al país.
Mesa también presiona
“La mejor solución a esta crisis es una nueva elección, administrada por un nuevo Órgano Electoral Plurinacional imparcial y con la observación rigurosa de la comunidad internacional”, dijo hoy en conferencia de prensa el candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa. De esta manera, formalizó su convocatoria a nuevas elecciones y pidió la renuncia de los vocales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y de autoridades de los tribunales departamentales.
Respecto a las amenazas de Fernando Camacho, el expresidente sostuvo que coincide "con la mayoría del pueblo en que el mayor riesgo para la democracia es la permanencia de Evo Morales en el poder". Sin embargo, "planteamos que la forma democrática y pacífica de lograr la salida de Morales del gobierno, es el voto popular". "Morales es un candidato ilegal e ilegítimo", insistió Mesa con su caballito de campaña para luego justificarse: "En aras de preservar la democracia, decidimos participar en las elecciones en las condiciones más adversas".
Las declaraciones de Mesa muestran divergencias y fisuras surgidas en el bloque opositor, especialmente entre la supuesta moderación que busca una salida política -en torno a CC- y los radicalizados cívicos, quienes "han hecho algunas actuaciones sin la Coordinadora de Defensa de la Democracia" -CONADE-, según apuntó José Antonio Quiroga, coordinador político nacional de CC. "Evo Morales tiene que dejar el Gobierno el 22 de enero del año 2020, eso es algo ineluctable, no está en cuestión", agregó Ricardo Paz, jefe de campaña.