Diez policías fueron acusados de haber plantado un arma de fuego a dos sospechosos. El hecho comenzó en Carrasco y Gurruchaga a la 1 de la madrugada, cuando procedieron a identificar a dos personas que se trasladaban en moto. Los ocupantes del vehículo se dieron a la fuga. La persecución fue sumando varias unidades. Un patrullero logró interceptarlos en Buenos Aires y Casablanca. El conductor de la moto perdió el control y derrapó, por lo que se lo detuvo. Por su parte el acompañante escapó a pie y fue capturado en Entre Ríos y Chopin. Al realizarse el acta de procedimiento hubo discrepancias entre lo declarado por los policías. La más importante tenía que ver con el supuesto secuestro de un revólver calibre 32 con la numeración limada y 6 vainas percutadas.