La recesión económica en el mercado editorial se profundiza: menos libros y menos ventas. Según datos de la Cámara Argentina del Libro (CAL), la producción editorial vuelve a mostrar un retroceso y acumula una caída de más de 45 puntos porcentuales respecto de 2016. La tirada promedio de los lanzamientos editados por el sector comercial, pasó de 2.700 ejemplares en 2016 a 1.700 en 2019. La mayoría de estas novedades salieron al mercado con una tirada de apenas 1.000 ejemplares. El informe de la CAL incluye los resultados de una encuesta realizada entre sus socios, editoriales PyMES. El 74 por ciento de las editoriales reconoció que modificó el plan de edición que tenía previsto durante este año para reducir costos y enfrentar un contexto económico adverso.
¿Cómo amortiguar la crisis y tratar de sobrevivir a la política económica recesiva e inflacionaria de Cambiemos? El 62 por ciento de las editoriales redujo las tiradas; un 50 por ciento reforzó canales de ventas directos, como la participación en ferias de libros en todo el país; un 50 por ciento admitió que rechazó obras por falta de presupuesto y un 41 por ciento optó por reforzar la venta digital para reducir los costos de distribución. Durante el último trimestre, el 60 por ciento de las empresas editoriales consultadas percibieron una disminución en la venta de libros que oscila entre unos 5 y más de 20 puntos. La caída del empleo registrado, que en algunas ramas de la cadena de valor superó los 20 puntos, constituye otro indicador de la crisis que atraviesa la industria editorial. En el sector gráfico es donde peor se manifestó, como lo confirma la Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines (FAIGA) con la pérdida de más de 5 mil puestos de trabajo desde 2015. A ese complejo panorama se suma el cierre de más de 50 librerías, un 5 por ciento del total de las librerías comercialmente activas; y un achicamiento de las editoriales.
Al menos en los próximos seis meses, el futuro inmediato no es alentador para la industria del libro argentino. El 54 por ciento de las editoriales cree que el rubro estará peor; un 19 por ciento considera que estará mucho peor y un 27 por ciento plantea que estará igual. Nadie conjetura que el mercado editorial podría estar mejor.