Freud tempranamente comenzó a escuchar la palabra ligada al cuerpo, introduciendo una lectura del cuerpo textual que siempre dice más o menos de lo que quiere decir, en el sentido de que lo que se enuncia, no coincide con la significación ligada a ello. Freud llevará a cabo una exhaustiva explicación fenomenológica primero de los síntomas articulados a la angustia, pasando por las relaciones de la palabra angustia con otros términos.
Antes que modificar una conducta per se, lo que habrá que ver
es aquello que la motiva, aquello que le da vida al síntoma.
Finalmente, expondrá algunas hipótesis causales para vincular el fenómeno (aquello que puede ser descripto como síntoma de la angustia) con una estructura que le permitirá introducir el concepto de Inconsciente. Entonces, antes que modificar una conducta per se, lo que habrá que ver es aquello que la motiva, aquello que le da vida al síntoma y por el mismo movimiento, descubrir en el síntoma, no algo a eliminar, sino algo que debe ser puesto a enlazarse en el trabajo de asociación, para ligar aquello que aparece como escapando a la significación, fenómeno propio de la angustia. ¿No se trata acaso de esto en la angustia? ¿De algo que aparece en el cuerpo sin saber de qué se trata? Opresión en el pecho, palpitaciones, sudor en las manos, mareos, sensaciones de ahogo, vértigo, pensamientos perturbadores, dolores en diferentes lugares del cuerpo, insomnio, etc. Algo, que se vislumbra como imposible de ligar a una representación, comanda la vida y de lo que se trata es de buscar aquello en lo que se encuentra enmarcada y que ninguna pastilla o etiqueta podrá dar la razón de una causa, que no es solamente causa de malestares, sino que, lo que evidencia, es que la vida misma tiene causa, y la angustia es su expresión más cercana.
*Psicólogo. Fragmento de nota del 11-10-2019. Río Grande (T. del Fuego).