La diplomacia china es pragmática y contiene la idea de no injerencia en asuntos internos de otros. Es uno de los principios de coexistencia pacífica anunciados ya en 1955 por el entonces premier Zhou Enlai en la Conferencia de Bandung. Por eso, las opiniones del gobierno que hoy lidera Xi Jinping sobre otros países son muy mesuradas. Sobre el triunfo reciente del peronismo, el vocero de la Cancillería dijo que Beijing felicitaba a Fernández “por su victoria” y que “bajo su liderazgo Argentina alcanzará un nuevo progreso en su desarrollo", al tiempo que destacó que China, segunda economía mundial y socio clave de la nuestra, está en la llegada de Fernández “abre una nueva y excelente oportunidad para intensificar y profundizar la cooperación estratégica e integral con el pueblo y gobierno chinos Luego, el embajador Zou Xiaoli entregó una carta personal de Xi para Fernández, en ese mismo tono, al dirigente Felipe Solá.
De viaje en China, Cash entrevistó a Lin Hua, del Instituto de Estudios Latinoamericanos-Academia de Ciencias Sociales China, quien indicó que “haber ganado las elecciones no es el reto más grande de Fernández, sino superar la crisis económica. China será una opción que no puede ignorarse. Las relaciones binacionales seguirán desarrollándose y veremos más éxitos”, lo cual incluirá “cooperación financiera, que contribuirá a mantener estabilizado el mercado financiero y de divisas argentino”. Añadió que “el problema de la deuda argentina se resuelve en esencia fortaleciendo la dinámica económica y la solvencia”.
El director de la Comunidad de Estudios Chinos y Latinoamericanos, Guo Cunhai, dijo que “durante la gestión Macri los lazos sino-argentinos superaron ácidos exámenes y pudieron mantener su asociación estratégica integral. Argentina tuvo una actitud pragmática y cooperativa”. Pero “creo que con Fernández se avanzará cada vez más lejos y habrá más programas de cooperación con beneficio mutuo en todos los campos. China cree ampliamente que el presidente electo promoverá las relaciones bilaterales más positivamente y avanzará a niveles más altos en la asociación estratégica”.
Por su parte, Yang Liqun, editora del diario Jiefang (Liberación), de Shanghai, que nació junto a la República Popular en 1949 y lleva en su logo la caligrafía del propio Mao Zedong, dijo a este cronista que “históricamente, bajo diferentes gobiernos e ideologías, las prioridades internacionales argentinas se diferenciaron. Pero con China mantuvo relaciones prácticas y amistosas desde que se formalizaron en 1972. Aun un gobierno de centroderecha como el de Macri rehusó tomar partido entre Estados Unidos y China. Y otro de centroizquierda, el de Cristina Fernández de Kirchner, se esforzó para promover vínculos. CFK y Xi los elevaron al nivel de asociación estratégica integral en 2014. Por eso creo que avanzarán más una vez completada la transición. Latinoamérica está en auge y Argentina es un importante referente”.
Yang recordó que el comercio bilateral de casi 14 mil millones de dólares es 2300 veces si se lo compara a 1972, pero que hay “aún un enorme potencial”. Y citó la Feria de Importaciones de Shanghai CIIE 2019 que se realiza estos días como una gran ventana para exportaciones argentinas, acuerdos para aprovechar el auge del e-commerce y la iniciativa Una Franja Una Ruta (BRI, en inglés) que impulsa Xi. “Energía, trenes y las ventajas chinas en finanzas y tecnología para la infraestructura en América Latina” estarán asimismo en la agenda, “enfrentamos oportunidades sin precedentes para una relación win-win”.
A su vez, el diario Global Times, también del Partido Comunista chino, fue más duro con Macri y afirmó que Fernández recibe “una bomba económica en sus manos" y tras citar datos dramáticos sobre pobreza, inflación y deuda agregó: “La situación es caótica y requiere reformas para elevar reservas e intercambios extranjeros".
En octubre, el autor de esta nota y su colega Gustavo Ng presentaron en el Consejo Argentino para las Relaciones Exteriores una propuesta para pensar en el futuro gobierno una Unidad de Coordinación y Enlace con China, no excluyente para otros socios clave de Argentina. No se planteó una centralización que restrinja capacidades de actores públicos o privados para articular con el país asiático y su vasto abanico de posibilidades cooperativas, que muchas veces requieren de autonomía de acción, presupuesto, sino que evite descoordinaciones y optimice tanto el vínculo como las sinergias posibles. En el kirchnerismo hubo cruces entre los Ministerios de Interior y Transporte por un lado y Planificación por otro en el tema trenes, por ejemplo. Y en Cambiemos, entre provincias y Nación sobre dónde instalar la central atómica o entre Energía y Medio Ambiente por las represas del Sur. Son las tres inversiones chinas más millonarias y esas desinteligencias generaron desconfianza en la otra parte en detrimento de la misma inversión y las obras mismas.
Asimismo, asumiendo las visiones enfrentadas en las elites tecno-políticas argentinas sobre la inserción internacional del país, la relevancia del tema en cuestión amerita políticas de Estado que las trasciendan. Por ejemplo, las siguientes:
* Continuidad de avances del gobierno saliente (a su vez, resultado de gestiones fitosanitarias precedentes) en acceso a mercados de carnes de todo tipo, frutas, harina y aceite de soja, miel, forestales, a lo que debería sumarse un mejor marco regulatorio en pesca para cuidar el recurso.
* Retomar obras en impasse por el zigzagueo del macrismo frente a China -por varias razones, entre ellas indisimulables presiones externas-, como los casos de las represas de Santa Cruz, el Belgrano Cargas tras el fracaso del esquema PPP o las centrales nucleares.
* En nuevas áreas, el campo es gigante. Para citar las paradigmáticas, desarrollar Vaca Muerta tanto en producción como en conectividad energética y de transporte; ciencia y tecnología, exploración de iniciativas conjuntas en TICs, Inteligencia Artificial. Y proyectos mineros estudiando la limitación legal en provincias como Chubut o Mendoza, manteniendo lo avanzado en materia ambiental y participación comunitaria. Minería es clave: junto a turismo, serían dos sectores clave para revertir el persistente déficit comercial que sufre Argentina con China, a diferencia de casi todos sus vecinos.
* Elemento adicional y nada menor es la cooperación financiera con China ya avanzada en créditos para infraestructura o los swaps entre Bancos Centrales que negociaron los recientes gobiernos, hoy en un contexto de fuerte condicionamiento por la deuda que veloz e irresponsablemente acumuló, con privados y con el FMI, la alianza Pro-UCR.
* Otro foco de atención serían avanzar en los hubs logísiticos argentinos ya abiertos o anunciados en Shanghai, Tianjin y Guangzhou, la posible apertura de un nuevo consulado general en Chengdu, en el crecientemente fuerte centro geográfico chino, y la atención del nivel subnacional de cooperación: China acaba de abrir aquí oficinas de Yunnan o Guizhou y del lado argentino Salta, Jujuy, Mendoza o La Rioja, entre otras, también han explorado o avanzado en acuerdos con China.
Fortunato Mallimaci, director por Argentina del centro binacional que tienen el Conicet y la Universidad de Shanghai, comentó a Cash que la llegada de Fernández “abre una nueva y excelente oportunidad para intensificar y profundizar la cooperación estratégica e integral con el pueblo y gobierno chinos. En el panorama global vemos el conflicto de Estados Unidos con China y ahí Argentina debe transformarse en una fuente confiable y segura de exportaciones agrícolas con valor agregado suplantando a las que vendía, y también buscar nuevos nichos de exportaciones industriales. Debe también fortalecer lazos financieros, no para fugar capitales, sino para inversión productiva y desarrollo industrial sostenible. Y es una oportunidad para lograr una cooperación científico-técnica de alto nivel que permita elaboración y transferencia en ciencia y tecnología de punta entre China y Argentina quebrando dependencias”.
Sabino Vaca Narvaja, director del Programa de Cooperación y Vinculación Sino-Argentino de la Universidad Nacional de Lanús, enfatizó: “En la nueva etapa, será clave potenciar las relaciones con China. No podemos perder la oportunidad de consolidar la búsqueda de una nueva relación con el dragón oriental por la creciente relevancia mundial que conquistó en estas décadas, en especial en lo económico. Un buen modo de lograrlo sería retomar el diálogo para firmar el postergado memorándum de adhesión a la Nueva Ruta de la Seda”. Dijo que ya lo hicieron más de 100 países, entre ellos Uruguay, Chile, Ecuador y Bolivia de nuestra región. “Ser parte de BRI ampliaría posibilidades de financiamiento e inversión en vectores importantes al desarrollo nacional, en particular en las Pymes, y promover la transferencia de conocimiento y tecnología entre los sectores científico y productivo de ambos países”.
Sin dudas, la definición de suscribir o no ese memorándum será una clave y podría marcar el rumbo del vínculo.
¿Hay capacidades para hacer todo esto? Según la Asociación de Ex Becarios Argentina China, hubo 522 estudiantes argentinos en China en 2017, de idioma o posgrados varios, 450 particulares y 72 becados. A ese ritmo, se posibilitará tener en pocos años una masa crítica que achique algo la asimetría con China dada también en materia de recursos humanos aplicados a la relación.