Una nueva fecha de desalojo del Hotel Bauen pone en jaque a la emblemática cooperativa, que deberá dejar el edificio el próximo lunes 2 de diciembre. Es porque la Cámara Comercial rechazó un recurso de queja de los trabajadores, que buscaban evitar que se ejecute la sentencia de primera instancia -firme desde 2007- y que se haga efectivo un fallo firmado el pasado 4 de octubre por el Juzgado Comercial 9, a cargo de Paula Hualde, quien consideró que ya están agotadas todas las instancias de negociación. Además de establecer la entrega del inmueble a Mercoteles S.A., la jueza le ordenó a la empresa indemnizar a la cooperativa y contratar en relación de dependencia a cincuenta de sus trabajadores. Ya sin chances en el camino legal, ahora los cooperativistas apuestan a una nueva salida política. Tras el veto de Mauricio Macri a la ley de expropiación que habían conseguido, buscarán estirar los plazos e insistir con una nueva norma en el Congreso. A partir del 10 de diciembre ambas cámaras contarán con una nueva conformación y habrá un nuevo hombre sentado en el sillón de Rivadavia.
La Sala C de la Cámara Comercial desestimó volver a tratar el caso como pedían los trabajadores al considerar que la contienda con la empresa Mercoteles S.A. ya es “cosa juzgada”. Según había señalado el juzgado de primera instancia y fue recordado por los camaristas en la resolución a la que accedió PáginaI12, los integrantes de la Cooperativa Bauen “pretendían la revisión de cuestiones que ya habían merecido tratamiento y se encontraban firmes y pasadas en autoridad de cosa juzgada”. En una causa que ya lleva diecisiete años, tras un sinnúmero de audiencias entre las partes, con negociaciones formales e informales en el juzgado de Hualde y en la propia Cámara, ahora quedó firme el fallo en el que la magistrada señala que “corresponde disponer la inmediata restitución del inmueble”, previo pago de una indemnización a toda la Cooperativa en general y a un total de 50 trabajadores en particular, quienes además deberán ser empleados por Mercoteles. La jueza estableció que el emblemático hotel tiene que ser entregado “previo pago por Mercoteles S.A. de la suma de $5.000.000 que deberá abonarse ese mismo día mediante la entrega de un cheque certificado.” A su vez, la empresa deberá pagar “la suma de $10.000.000 en cuotas mensuales iguales y consecutivas de $1.000.000” y contratar en relación de dependencia a cincuenta personas que actualmente se encuentren prestando servicios en forma efectiva y permanente para la Cooperativa”, que serán seleccionados por los mismos trabajadores.
Consultado por PáginaI12, el presidente de la Cooperativa, Federico Tonarelli, explicó cómo se llegó a esta instancia del conflicto: “Recorrimos todas las instancias judiciales, logramos la sanción de la Ley de Declaración Pública en el Congreso Nacional y al ser vetada por Mauricio Macri se activó nuevamente la sentencia de desalojo. En esta oportunidad se impone la resolución de la Cámara que nos obliga a dejar las instalaciones a cambio de una suma de dinero”.
Una quiebra diferente
Después de la crisis de 2001 los juzgados comerciales se vieron atestados de expedientes de empresas que quebraban. En muchos de esos casos, los trabajadores que eran abandonados por la patronal decidían la conformación de una cooperativa para mantener sus fuentes laborales. La tradición del juzgado de Paula Hualde en estos años ha sido fallar a favor de los cooperativistas en casi todos los casos. Sin embargo, según explicaron a este diario en el cuarto piso de los tribunales de la calle Marcelo T. de Alvear, el caso del Bauen es diferente. Es porque técnicamente el inmueble no forma parte del activo de la quiebra, ya que hubo un pase de manos justo antes de que se la declarara. En los papeles, Mercoteles es la dueña del edificio, pero la firma que abandonó a los trabajadores en plena crisis de 2001 es otra. Se trata de Solari S.A. que le vendió el inmueble a Mercoteles, compañía que luego se presentó como nueva dueña ante el juzgado. La Cooperativa reconoce que la empresa es la titular del edificio, pero advierte que se trató de una venta intrafamiliar. “Efectivamente Mercoteles detenta la propiedad del hotel. Lo que también es cierto es que Mercoteles SA y Bauen Sacic son empresas hermanas, pertenecientes al mismo grupo económico familiar”, explicó Tonarelli.
"Estamos evaluando qué hacer junto a nuestros abogados. Por lo pronto sigue con estado parlamentario un nuevo proyecto de ley similar al de Carlos Heller que se sancionó en 2016, en esta oportunidad es impulsado por Agustín Rossi. Esperamos su pronto tratamiento, convencidos de que sería la mejor solución para este conflicto que ya lleva 17 años", manifestó Tonarelli.
Antecedentes del conflicto
El presidente de Bauen Sacic, la empresa que construyó el hotel en 1978, era Marcelo Iurcovich, quien ya falleció. Y el presidente de Mercoteles es Hugo Iurcovich, hijo de Marcelo. La venta –simulada, según afirman los trabajadores- de Bauen a Mercoteles se realizó en junio de 2001, previo a la declaración de quiebra de Solari SA, la última empleadora. En 1997 se realizó la primera venta de Bauen Sacic a Solari SA, pero no se escrituró y solo se realizó un boleto de compra venta. Lo que aseguran desde la Cooperativa es que en el año 2000, al entrar Solari SA en convocatoria de acreedores y no habiendo -supuestamente- cumplido con los pagos de la compra del hotel, los Iurcovich constituyen Mercoteles SA y a una semana de formada esa empresa, compró a Bauen Sacic el emblemático edificio.
Luego, una vez decretada la quiebra de Solari SA, se presentó en el juzgado la empresa Mercoteles y comenzó el proceso para acreditar la titularidad de dominio del hotel. Hasta que en 2007, a 4 años de constituida la cooperativa, la Justicia resolvió el desalojo y la restitución del inmueble. Esa sentencia de hace doce años atrás es la que hoy quedó firme y en condiciones de ejecutarse.
Mientras los motivos técnicos y legales respaldan el reclamo de Mercoteles, los trabajadores insisten en buscar una salida política con un argumento nodal: la empresa original le debe millones al Estado por un crédito impago, por lo que ese edificio debería expropiarse y la explotación del Hotel seguir en manos de la Cooperativa. Según explicó Tonarelli “es conocida la historia de la construcción del hotel a cargo de Bauen Sacic con los antiguos créditos otorgados por el ex Banade. Y esos créditos están aún sin cancelar, luego de 40 años. Estas hipotecas judicializadas y con sentencia favorable al Estado Nacional son la razón fundamental por la cual pensamos que el hotel debería pasar a manos del Estado. De esta forma se recuperaría un activo para el patrimonio público y se le otorgaría la gestión en comodato a nuestra cooperativa. Nunca quisimos la propiedad del hotel, solo la legalidad para poder gestionarlo. Estamos convencidos de que la propiedad le pertenece al Estado argentino”, afirmó. Ese es el contenido central que tenía la ley que vetó Mauricio Macri ni bien asumió la Presidencia. Una iniciativa similar a aquella es la que está pendiente de tratamiento en el Congreso. La esperanza de los trabajadores está puesta en que se extiendan los plazos para tener otra oportunidad con la nueva conformación de las Cámaras y con los cambios políticos que quedarán inaugurados a partir del próximo 10 de diciembre.